Revista Innombrable #8 - Pesadillas: espejos del sueño - 2017 | Page 26

Gabriel Jaime Giraldo Flórez (Colombia) COMPENDIO DE UNA BITÁCORA INCOMPLETA I Me hallaba el silencio sentado frente a una mesa vieja, una luz opaca, hojas amarillentas, una antigua pluma, un revolver algo mohoso por los años, una copa, y una botella a medio llenar de ginebra. Ginebra, el licor más detestable en este plano mundano. Hubiera preferido tapetusa, un licor casero, o fermento de maíz en defecto alguno. Pero no se celebra nada esta noche. Hoy no hay muertos, ni vivos; hoy es un día más de sentido pésame. Ginebra, el licor más absurdo para olvidar, para pensar, o para la embriaguez de la razón. No saben bien, más que los dos primeros tragos. Luego todo empieza a saber lúgubre, rasposo, y a dar la sensación de regurgitar viejos pasados mundos revueltos y no tan viejas pasadas cenas. Ginebra, porque no encontré más a pocos pasos. II Los tragos pierden su efecto, mientras el tiempo su sentido lineal; la sociedad y todo alrededor sensible igualmente. O, contrario a lo anterior, el licor desinhibe, juega a la desestabilización sensual. La sociedad se recrea en un ethos inimaginablemente hermoso; el tiempo danza. El pasado fue mejor para algunos, pues no lo vivieron; para otros lo será el futuro, pues no lo vivirán. El alrededor no perderá su sensibilidad y mutará de acuerdo a la necesidad el momento. III Tal vez el destino, aunque no me guía tal pensamiento. Causalidad; sea el devenir quien ha hecho que se extienda en relojes de arena; que prolonga los instantes, recuerdan el revolver en la parte lateral de mi cabeza, halando del gatillo, el cual no se activó, pues me hallo aún entre divagaciones, letras y ginebra. Tal vez el moho jugó su papel. Errabunda la mente, me tomo el tiempo para desarmar y poner a punto el bélico objeto. 26