Revista Innombrable # 6 - Eterno Femenino Cuerpo y Erotismo - 2014 | Page 60
no me gusta el café, ni éste ni ninguno. Lo bebo, como castigo a mi hipocresía. Estoy sentado en una
silla, en el comedor. Sandra se sube a mis piernas y dice que estuvo muy bien. Se refiere al sexo. Sé
que miente, lo hemos hecho mejor. Si continúa mintiendo respecto a ello llegará el día en que lo
hagamos tan mal… y ella tendrá que aceptarlo como castigo a su hipocresía. Es cierto que pocos lo
hubiesen hecho con la regla, pero también es cierto que pocos lo hubiesen hecho peor. Hicimos el amor
un par de veces y en ninguna pudo correrse. Yo era demasiado suave y demasiado rápido en eyacular.
Sin embargo, insiste. Dice que el segundo polvo estuvo muy decente. Decente no es lo mismo que
maravilloso, digo yo, tratando de ser honesto. Lo he hecho mal, no importa, podemos hacerlo de nuevo.
Siempre podremos hacerlo de nuevo. Si no entre nosotros, con alguien más. No es un asunto tan
importante ser bueno en el sexo. Se es bueno cuando se quiere. Y uno siempre quiere, incluso sin
desearlo realmente. ¿A cuántas mujeres puede querer un hombre sin que por ello le quieran? ¿A cuántas
mujeres puede querer un hombre sin que haya salido de sus cojones quererlas? Se quiere, se quiere y
nada más.
Sandra se baja de mí, dice que tomará una ducha y me invita. Le digo que empiece, lo que es yo deseo
fumar un cigarrillo antes. Le parece bien, irá calentando el agua.
Cuando Sandra se va me asomo a la ventana. Desde allí enciendo y fumo un cigarrillo. Me sorprende
que las cosas sean reales. Que Sandra esté en la ducha poniendo el agua y que ayer hayamos bebido.
Que follemos con regularidad. No me lo creo. A veces quisiera despertar de este sueño, pero otras no.
Otras me gustaría estar aquí siempre. Fumando este cigarrillo y pensando eternamente. Todo lo que
podría descubrir. Newton, Einstein, Hawking... cuántas cosas supier