Revista Imago Agenda 206 "Las aplicaciones del amor" Imago Agenda 206 | Page 16
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cho objeto a propicia que tengamos prisa por concluir en un
acto. La función de la prisa se dirige al objeto a. La verdad del
saber inconsciente nada tiene que ver con el apresuramiento.
El desplazamiento metonímico de la demanda con las con-
venientes exigencias de inmediatez, productividad, eficacia y
el desinterés por las consecuencias del acto ha variado las par-
ticularidades clásicas del amor, que exigen cuidado y respeto
por el otro, que no es un objeto negociable. Reina el manda-
to de la homogeneidad y se intenta borrar el unario que dis-
tingue y diferencia. El proceso de subjetivación ha sido des-
plazado de la escena familiar al de los dispositivos nanotecno-
lógicos que urgen unir “el instante de la mirada” con el “mo-
mento de concluir”, anulando el “tiempo para comprender”,
hasta el punto de su evanescencia.
La ira, a veces la desesperación, aparecen en relación con
los likes o no recibidos, cuan populares o no son, si fueron
bloqueados o no, si están en línea y no responden con la in-
mediatez requerida, si “les clavaron el visto” y también en re-
lación a lo oculto, como si ese otro no tuviese derecho a la
intimidad. Se escucha con insistencia la pulsión de dominio
en el querer controlar todo, no poder dejar de mirar y espiar,
acechar u observar disimuladamente. ¿Qué ilusión óptica se
crea en ese interjuego de mirar y hacerse mirar en el mundo
virtual? En muchas ocasiones sin que medie el encuentro de
los cuerpos, ya sea en el plano amoroso o erótico de una pa-
reja o en el plano amistoso.
El discurso capitalista fomenta la ilusión de felicidad a tra-
vés del consumo y los vínculos afectivos se ven impulsados a
regirse por las mismas pautas.
Cómo reformular la pregunta fundante de la subjetivada,
y qué se vuelve a reiterar en todo encuentro ¿Qué quiere el
Otro de mí? en los tiempos de virtualidad y redes, donde la
catarata de información y la simultaneidad de relaciones vir-
tuales que se establecen impiden su formulación en el uno a
uno. Cómo pensar en las posibles respuestas cuando casi no
alcanza el tiempo real para plantearlas, ya que ante la posi-
bilidad de que aparezca en la imagen posteada algo que no
gusta rápidamente es eliminado o por algún dicho que no es
aceptado o por una imagen que no es tolerada.
Con diferentes edades y en la singularidad del discurso de
cada analizante se escuchan escenas similares. Un pequeño
fragmento de la clínica: ella se enamora siempre de hombres
que tienen novia o no la consideran, a los que nombra con
epítetos despectivos. Prueba diversas aplicaciones suponien-
do que alguna da garantías del amor. Establece relaciones
rápidas donde se apresura en “largarlos”, cuando algo no le
agrada o queda viscosamente apegada cuando el otro la blo-
quea o se silencia. Su última relación virtual es con un hom-
bre que vive en el extranjero, se compra ropa íntima para que
la vea deseable, relata escenas eróticas, espera ansiosa la po-
sibilidad de un encuentro real que nunca se concreta. Cuan-
do éste desaparece de la escena sin palabras “su silencio me
deja muy agarrada”, “no puedo soltarlo”. Al no poner el cuer-
po, el partenaire virtual queda en el terreno del Ideal, el cos-
to libidinal la deja por un tiempo abatida y desilusionada. Lo
intolerable de la diferencia con el semejante queda elidido al
no encontrarse cuerpo a cuerpo.
¿Qué del cuerpo es ofertado a la imagen, allí donde el ojo
se absolutiza y se escamotea el propio cuerpo en la escena?
¿Cómo se monta la escena cuando el cuerpo desaparece y sólo
es visto en una pantalla? ¿El sujeto hace mancha en el cuadro?
Evitar el coito es un modo de no enfrentar lo castrativo del
encuentro y el mantenimiento de la ilusión del Uno; ¿será una
manera de intentar constatar que la relación sexual sí existe?,
como modalidad renegatoria de “no hay relación sexual” que
para el psicoanálisis es de estructura.
No hay trabajo de duelo por la pérdida porque ésta no se
inscribe como tal. Lo que importa es la multiplicación y la in-
mediatez del goce, en detrimento de la dimensión simbólica.
El empuje al goce supone una desmentida de la castración y
la finitud que presentifica la muerte.
Ella se ofrece a consumir y ser consumida, no hay signos de
amor. Se reitera un padecimiento constante. La contingencia
del amor sólo es posible si la función de la castración simbó-
lica acude a la cita. El amor pone límite al goce y le permite
condescender al deseo.
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1. Pron, Patricio, Mañana tendremos otros nombres, Editorial Alfaguara,
Buenos Aires, 2019.
2. Recalcatti, Massimo, Ya no es como antes. Elogio del perdón en la vida
amorosa. Editorial Anagrama, Barcelona, 2015.
Talleres de Psicoanalisis Lacaniano - 2019
Marta Maiorano - Dirección
*Seminario XX - AUN
¿El amor es siempre recíproco?-¡Pues claro que si! Y que el amor aunque se trata de una pasión que puede ser la ignorancia del deseo,
no por ello es capaz de privarlo de su alcance. Cuando se mira de cerca, se pueden ver sus estragos.
Miércoles 19.30 hs.
* Lectura de Textos Freudianos siguiendo el programa de O. Masotta - Sábados 14 hs
*Lecciones introductorias dirigidas a aquellos que estén interesados en entrar al discurso del Psicoanálisis
Sábados 14 hs - Coordina: Sara Merlo
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Zapata 325 - PB -B- Colegiales / Informes e inscripción: 4775-7823
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