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Textos filosóficos
Dossier
Martin Heidegger
3 ra época - 134 ta parte
1997 - 2019
Compilador: Rogelio Fernández Couto
El paso atrás como paso al costado
La relación entre filosofía e historia de la filosofía en M. Heidegger
(Primera parte)
por Germán Osvaldo Prósperi
Sólo respetamos a un pensador
en la medida en que pensamos
M. Heidegger, Holzwege
I.
En el ensayo titulado “La constitución ‘onto-teo-lógica’ de la
metafísica”, Martin Heidegger sostiene, en referencia a Hegel,
que el pensamiento propiamente filosófico se desarrolla a par-
tir de una relación esencial, un diálogo (Gespräch), con la histo-
ria de la filosofía. No existe filosofía que no se inscriba necesa-
riamente en una tradición filosófica. Esto es verdad tanto para
Hegel cuanto para Heidegger. Sin embargo, el modo en que am-
bos filósofos se han aproximado a la historia de la filosofía, más
allá de sus evidentes similitudes, difiere en un punto fundamen-
tal: “Para Hegel —explica Heidegger—, la norma que hay que
adoptar para el diálogo con la historia de la filosofía, reza así:
introducirse en la fuerza y el horizonte de lo pensado [Geda-
chten] por los pensadores anteriores” (1990: 109). Como aclara
un poco más tarde Heidegger, también para él se trata de consi-
derar el pensamiento de la tradición filosófica, “solo que noso-
tros —dice Heidegger separándose entonces de Hegel— no bus-
camos la fuerza en lo ya pensado, sino en un impensado [Unge-
dachten] del que lo pensado recibe su espacio esencial” (1990:
111). Esta es la razón por la cual para Heidegger el diálogo con
la historia del pensar, a diferencia de Hegel, “ya no tiene carácter
de superación, sino de paso atrás [Schritt zurück]” (1990: 111).
No se trata, entonces, sólo de considerar lo ya pensado por
la historia de la filosofía, sino de sacar a la luz lo que esa histo-
ria no ha podido pensar. Y es este pensamiento paradójico de
lo impensado lo que Heidegger denomina paso atrás: “El paso
atrás conduce hacia ese ámbito que se ha pasado por alto has-
ta ahora y que es el primero desde el que merece ser pensada la
esencia de la verdad” (1990: 113). Por supuesto que ese ámbito
olvidado por la historia de la metafísica es el Ser o, más en con-
creto y según la tesis que avanza Heidegger en este ensayo pero
también en otros textos, la diferencia entre el ser y el ente, es
decir el entre o la “inter-cisión [Unter-schied]” (cfr. 1990: 139).
Ahora bien, en esta ponencia quisiéramos interrogarnos acer-
ca de la manera en que Heidegger considera la relación entre
el pensamiento filosófico y la historia de la filosofía, es decir
entre la lectura filosófica y la tradición. La pregunta central de
este trabajo, entonces, puede formularse de la siguiente mane-
ra: ¿en qué consiste, para Heidegger, la lectura propiamente fi-
losófica de la historia de la filosofía, es decir de los textos ela-
borados por los filósofos del pasado? Proponemos ofrecer una
respuesta posible a esta pregunta a partir de una metáfora muy
frecuente en la historia de la filosofía y en el pensar del propio
Heidegger: el camino. En el ensayo recién citado, de hecho, Hei-
degger sostiene que “‘paso atrás’ no significa un paso aislado
del pensar, sino el modo de movimiento del pensar y un largo
camino” (1990: 113); además, “en la medida en que este paso
atrás determina el carácter de nuestro diálogo con la historia
del pensar occidental, conduce en cierto modo al pensar fuera
de lo que hasta ahora ha sido pensado en la filosofía” (1990:
113). Ahora bien, ¿cómo entender este afuera al que conduce
el paso atrás? Si la historia de la filosofía es para Heidegger un
“largo camino”, y si la lectura filosófica, el paso atrás consiste
en mostrar los límites e incluso el afuera (lo impensado) de esa
tradición, ¿cuál es ese ámbito exterior al que conduce el paso
atrás?, ¿cuál es su lugar esencial? Dejamos estas preguntas, por
el momento, en suspenso.
II.
La metáfora del camino atraviesa la historia de la filosofía y de
la teología, es decir de la onto-teo-logía en su totalidad. Como
el mismo Heidegger ha indicado en varias oportunidades, pen-
sar es abrir caminos en el bosque, a veces también cruzar ca-
minos abiertos por otros pensadores. Cada filósofo abre ciertos
caminos, ciertas vías para que el pensamiento pueda desarro-
llarse. A estos caminos, Heidegger los llama Holzwege, es de-
cir caminos de bosque, caminos que se pierden en el bosque:
Cada uno de ellos —explica Heidegger— sigue un trazado dife-
rente, pero siempre dentro del mismo bosque. Muchas veces parece
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