Revista Imago Agenda 205 -FENÓMENOS PSICOSOMÁTICOS Revista Imago Agenda N° 205 (Otoño 2019) | Page 54
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no la estructura que les da
forma. El síntoma, como
forma de tratamiento de lo
real, no es contingente sino
necesario a la estructura. Se
ubica allí donde la estructu-
ra muestra su falla, donde ni
el nombre del padre llega a
anudarla. En el mejor de los
casos, a veces con ayuda del
psicoanálisis, deviene en lo
que Lacan llamó sinthome.
Se trata de un modo de pro-
ducción de letras y signifi-
cantes a partir de lo más cru-
do del síntoma. El psicoaná-
lisis también trata las inhibi-
ciones y compulsiones que
forman el carácter. La angus-
tia también es tomada por el
aparato psicoanalítico pero
no se cura. Puede ser modu-
lada en transferencia. Pero el
abandono de hábitos de goce
sufrientes no puede realizar-
se sin atravesar la angustia.
La lógica temporal para sub-
jetivar la estructura (instante
de ver, tiempo de compren-
der y momento de concluir)
permite conjeturar el mejor
modo de intervenir según
cómo vaya desarrollándose
la transferencia.
Lo real, redefinido por La-
can como lo imposible, no
deja de hacer tropezar a los
hablantes. La angustia lo se-
ñala y el síntoma aporta le-
tras y significantes. Un joven
que vive con sus padres, y
padece algunas dificultades
para desplegar su deseo se-
xual, trabaja en una empre-
sa turística. Le ha compra-
do unos pasajes a sus pa-
dres para que realicen un
viaje. La madre, a partir de
una llamada telefónica a la
aerolínea, pone en peligro
la autorización para via-
jar de su marido, debido a
que alerta a la empleada de
un problema de salud que
éste padece. Le indican que
para viajar debe hacerse un
chequeo previo y presentar
unos certificados médicos.
Imposible realizarlo en los
pocos días que quedan para
el viaje. El joven concurre a
la sesión cincuenta minutos
tarde, pasa y comienza a ha-
blar aceleradamente sobre
las dificultades con su ma-
dre. Lo interrumpo hacién-
dole notar su horario de lle-
gada, mi imposibilidad de
atenderlo a esa hora que,
además, coincide con el ho-
rario en que él debería irse
para llegar a tiempo a su tra-
bajo. Cae en la cuenta, paga
y se va. La sesión duró unos
minutos. ¿Nombrar la impo-
sibilidad de que hubiera se-
sión la volvió posible?
En la siguiente relata que
acompañó a sus padres al
aeropuerto para intentar re-
solver el entuerto allí. Lo in-
tentó con algunos emplea-
dos presentándose como “el
hijo de los pasajeros”. Reci-
bía negativas como respues-
ta. Hasta que discutiendo
con una empleada pudo lo-
calizar las fallas lógicas de lo
que decía la web de la aero-
línea. La empleada lo deri-
vó con el gerente ante el que
no se presentó como “hijo
de…” sino como represen-
tante de la empresa turísti-
ca. El problema se resolvió
rápida y fácilmente.
La localización de la falla
lógica, primero, en su dis-
curso transferencial y lue-
go en la web de la aerolí-
nea puso a trabajar la letra,
litoral entre real y simbólico,
hasta hacerla producir signi-
ficantes nuevos con los que
realizar un cambio de posi-
ción subjetiva. Salirse del lu-
gar de “hijo de…”, que unas
sesiones después, el despe-
gue mostró que soportaba
una identificación con un
rasgo compartido por los
padres: dar lástima en bus-
ca de compasión.
Ubicar una falla lógica o
incluso una repetición signi-
ficante sin enlazarla a otros
significantes que la retro-
signifiquen es una manio-
bra posible y muy efecti-
va cuando la transferencia
simbólica y real lo habili-
tan. Lo mismo pasa con las
intervenciones en acto. En
mi práctica, al menos, no
suelen ser las más habitua-
les. Cuando éste tipo de in-
tervenciones se vuelven un
cliché defensivo expulsan al
analizante y al analista del
análisis o hunden al pacien-
te en la confusión, la angus-
tia y/o el goce masoquista.
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Colaboración
Ética y Psicoanálisis
Un enlace de Ley- desde el Edipo de Sófocles,
Siglo V A.C. hasta el Complejo de Edipo en
Freud, Siglo XX
E
por Silvia
n la historia infantil de Edi-
po: ¿hay dos Padres, un
Padre biológico y un Pa-
dre adoptivo? ¿O bien, un geni-
tor y un padre? ¿Quién es quién?
¿Layo? ¿Polibio? ¿Supo de su
abandono precozmente? ¿Se en-
teró tardíamente?
¿En qué cuadro de la clínica
tripartida freudiana enmarcaría-
mos a Edipo? ¿En la neurosis?
¿En la psicosis? ¿En las perversio-
nes? ¿Por qué? ¿Cómo es el Pa-
dre que lo constituye éticamen-
te? ¿En función fallida del Nom-
bre del Padre (neurosis o perver-
siones)? ¿En falla del Nombre del
Padre (psicosis)? ¿Cómo son los
cuestionamientos ético-filosófi-
cos del Siglo V A.C.? ¿Coexisten
en Grecia los filósofos y los sofis-
tas? ¿Absolutismo y relativismo?
¿Dos leyes éticas vigentes en la
Antiguedad hebraica y griega:
prohibición del parricidio y pro-
hibición del incesto?
En Siglo XX: ¿advenimiento de
Freud y el psicoanálisis? ¿Retor-
na el “registro simbólico de la cas-
tración como emblema del ritual
hebraico del Brit Milá?
¿Se inspira Freud en la Torah
como Ley y en la tragedia griega
para dilucidar su teoría?
¿Es la prohibición del parrici-
dio y la del incesto el retorno en
“Totem y Tabú” de la saga de Só-
focles, unida a la tragedia bíbli-
ca? ¿Antígona como hija del in-
cesto también inspira a Freud, al
igual que su Padre, autor de pa-
rricidio en relación con Layo?
¿Y de incesto, al unirse casándo-
se con su propia madre biológi-
ca, Yocasta, teniendo hijos del in-
cesto en esa unión?
¿Si Edipo no supo lo que hacía
es punible de homicidio? ¿De ho-
micidio calificado por el víncu-
lo? ¿Su saber no consciente o in-
consciente alcanzaría para la con-
dena, según el Código Penal Ar-
gentino? ¿Hay imputabilidad o
N. Lef*
inimputabilidad? ¿Hay supues-
tos de excepción de voluntabili-
dad que lo exoneran de culpabi-
lidad como autor de un delito?
¿Es Edipo el paradigma de lo
prohibido, de lo imposible en los
lazos parentales?
Mata a su padre sin saber que
lo es. Se casa con su madre sin
saber que lo es. Tiene hijos de
esa unión incestuosa: hijos y her-
manos a la par. Sus cuatro hijos,
dos varones y dos mujeres pelean
contra su destino: los dos varo-
nes, Polinices y Etíacles se matan
entre sí. Sus dos hijas, Antígona e
Ismene, combaten entre sí, ya por
respetar las leyes de la ciudad, ya
por “salvar el honor de la estirpe
familiar”. El crimen familiar ge-
nera auto-condena y auto-repro-
che en los transgresores. Yocasta
no tolera lo que sucedió y se sui-
cida al enterarse de que se casó
con su propio hijo y al saber que
tuvo hijos de esa unión incestuo-
sa. Edipo se arranca los ojos para
no ver lo que hizo. Los dos hijos
del incesto se asesinan entre sí.
Pareciera que Thanatos/pulsion
de muerte se impone sobre Eros/
pulsión de vida en estos lazos pa-
rentales trágicos. Freud hipoti-
za sobre aquello que en las tra-
gedias de Sófocles se efectiviza,
se cumple en lo real. El Comple-
jo de Edipo y su versión femeni-
na, el Complejo de Electra, atra-
viesan la complejidad por cuan-
to incluyen la ambivalencia de
amor/odio por ambos progenito-
res. El parricidio y/o el matricidio
no se efectivizan más que en el
“orden simbólico”, ya que la re-
presión impide el crimen. Ahora
bien, ¿cuál es el delito de Edipo?
¿Es punible por homicidio? ¿Lo
es por homicidio agravado por
el vínculo? Respecto del incesto,
¿la condena es más que social?
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* Filósofa especializada en ética,
abogada penalista, psicoanalista.
E-mail: [email protected].