Revista Imago Agenda 205 -FENÓMENOS PSICOSOMÁTICOS Revista Imago Agenda N° 205 (Otoño 2019) | Page 28
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Fenómenos psicosomáticos
Psicosomática: la imaginación protege
contra la enfermedad
Escribe
Juan Eduardo Tesone
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“La vida es esencialmente
un estado mental”.
F ernando P essoa 1
B
arthes decía que interpretar un síntoma somático no es
darle un sentido (mejor o peor fundado), es por el con-
trario, apreciar de qué plural está hecho.
Desde la Escuela de Chicago, tradicionalmente se incluía en
las llamadas enfermedades psicosomáticas las famosas siete,
como las pestes de Egipto: úlcera gastroduodenal, rectocoli-
tis ulcerohemorrágica, hipertensión esencial, artritis reumatoi-
dea, tirotoxicosis, asma bronquial y neurodermatosis. A cada
una de estas enfermedades se asociaba un tipo caraterológi-
co de personalidad. Es decir que de acuerdo con ciertas ca-
racterísticas de la personalidad se pretendía predecir la sinto-
matología somática estableciendo una relación causal lineal.
Personalmente me siento mucho más próximo de la Escue-
la Psicosomática de París, cuyo mentor ha sido Pierre Marty.
La misma no asocia personalidad y sintomatología, sino que
describe un cierto tipo de funcionamiento psíquico que pre-
dispone a la sintomatología somática, sin predecir ni estable-
cer una relación causal. Para esta escuela la sintomatología
somática abarca toda la patología de expresión corporal, al
plantear la unicidad de funcionamiento psique-soma, en ese
orden. No se puede predecir cuál será el órgano efector de la
patología somática, que dependerá de múltiples factores en-
tre los cuales la genética, la alimentación, el medio ambiente,
etc., pero sí se podrá predecir el riesgo aumentado de expre-
sión de la patología a través del cuerpo.
Ya Cannon, el fisiólogo, en 1911, había demostrado los efec-
tos fisiológicos de las emociones que influyen en todo el orga-
nismo a través del eje córtico-hipotálamo-hipofisario que in-
terviene en la regulación de la homeostasis del medio inter-
no. Desde entonces numerosos trabajos dan cuenta, por ejem-
plo, de la influencia de la depresión en la baja de las defensas
inmunitarias, con el riesgo aumentado de la expresión de en-
fermedades crónicas a veces reversibles otras veces irreversi-
bles. No es infrecuente la aparición de un cáncer en el curso
de un duelo. Últimamente se ha subrayado el aumento de la
proteína C reactiva en caso de depresión como riesgo aumen-
tado de generar un accidente cardiovascular, en ausencia in-
cluso de otros factores de riesgo concomitante como el taba-
quismo, la colesterolemia aumentada o la diabetes.
El psicoanálisis permitió establecer los principios psicodiná-
micos que gobiernan y organizan la unidad psicosomática de
una persona. La dualidad desaparece. El ser humano es psi-
cosomático por definición. Sustantivado (la psicosomática),
permite definir un campo de estudio. Aplicado como adjeti-
vo, por ejemplo enfermedad psicosomática, es redundante. En
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ese sentido propongo abandonar la denominación de psicoso-
mática como adjetivo para reemplazarla por: conflictos de ex-
presión a predominancia psíquica o a predominancia somática,
esta última interviniendo, cuando el psiquismo no logró fun-
cionar como barrera de contención de los conflictos. La pato-
logía somática aparece cuando el psiquismo se vulnerabiliza
y no logra contener al interior del mismo los conflictos. No es
infrecuente escuchar en la consulta pacientes que se sienten
aliviados ante el diagnóstico de un síntoma somático, como
si la persona se sintiera por fuera de lo que le ocurre, como si
el cuerpo fuera autónomo respecto del psiquismo y su poder
imaginativo; una forma de extraterritorialidad que no le con-
cierne. Cuando es el cuerpo que habla cierto tipo de personas
lo vive como un cuerpo extraño a su ser. Si el síntoma es de
origen psíquico se siente responsable o incluso culpable. Más
allá de estos casos extremos, todos hemos conocido el bien-
estar de haber “logrado” una gripe o una lumbalgia que nos
permite regresivamente quedarnos en la cama, dejando sus-
pendido por unos días los conflictos que no lográbamos resol-
ver. Constituyen desbordes pasajeros del aparato psíquico, sin
consecuencias graves. El soma opera así como una oferta de
tregua a la indecibilidad de las fuerzas opuestas que se deba-
ten en nuestro inconsciente.
De manera general, la respuesta somática puede ser fun-
cional, como en algunas cefaleas o lesional como en las úlce-
ras. La desorganización psicosomática puede ser reversible y
la restitución ad-integrum, o en algunos casos irreversible lle-
vando al paciente a una enfermedad terminal.
¿Qué es lo que caracteriza el funcionamiento psíquico de
las personas con riesgo aumentado de somatización? Aquí
encontraremos el valor de una vida imaginaria rica, produc-
tiva, para protegernos de la enfermedad somática. La Escue-
la Psicosomática de París describe varios mecanismos psíqui-
cos que se alejan de la neurosis clásica y se avecinan más a
las patologías del vacío.
En primer lugar “el pensamiento operatorio”: es un pensa-
miento conciente, sin ligadura, con movimientos representa-
tivos imaginarios y escasa capacidad fantasmática. Encontra-
mos una gran pobreza imaginativa. Es un pensamiento des-
provisto de libido que tiende a negar la agresividad y evita las
investiduras psíquicas. Las asociaciones que trae el paciente,
cuando existen, son pobres o repetitivas. El onirismo es esca-
so. El relato de su vida, carente de imaginación, se resume a
una concatenación de hechos, una secuencia fáctica en la cual
los sentimientos o la imaginación están ausentes.
En segundo lugar lo que Pierre Marty llamó “la depresión
esencial”. Son depresiones sin objeto ni autoacusación, ni cul-
pabilidad conciente, en las cuales el sentimiento de desvalo-
rización y de herida narcisística se orienta hacia la esfera so-
mática. No existe una vivencia de tristeza. El paciente se que-
ja de cansancio y apatía. Con un fondo hipocondríaco, hay
como un llamado al cuerpo para que hable, consecuencia de
fallas en el procesamiento psíquico de las experiencias emo-
cionales. Migran de un médico a otro hasta encontrar que al-
guno le ofrezca un diagnóstico de que algo no anda bien en