Revista Huracán - Edición número 14 Revista Huracán - Edición 14 | Page 29
Amistades Quemeras | Por Darío Musa
Luis Álvarez fue vicepresidente de la Confederación Ar-
gentina de Taekwondo. Hace 34 años que está dando
clases en Huracán y es sexto Dan de la disciplina. “Em-
pecé en el ’84. En esa época había un integrante de la
mutual de veteranos (Manolo Bustos) que me cargaba
para que diera clases, yo solamente venía y entrenaba.
Bustos me insistió y en agosto del ’85 me dieron un
espacio en la sala de columnas”, relata el Maestro.
Esos momentos fueron la excusa perfecta para que Bu-
glione lo conociera. “Vengo a la mutual desde que soy
jugador profesional, me traía mi viejo. La amistad con
Luis nació en la sede. Después, con el tiempo, empe-
zamos a tener un trato muy lindo, no solo en lo perso-
nal sino también con el deporte a través de Huracán”,
cuenta el campeón quemero. Luis lo veía a Buglione
con ojos de hincha, alentándolo desde la popular.
“Había tres o cuatro jugadores de ese equipo que ad-
miraba mucho, entre ellos estaba Daniel. Hacía de las
suyas con la pelota y con los tobillos de los rivales. Era
un tipo fuerte, tenías que pagar peaje para pasarlo”,
recuerda el profe y Daniel explica el por qué: “Cuando
me gané el puesto nadie regalaba nada. Era mío y no
quería que me lo sacara nadie. Encima me ponía la
camiseta de mi equipo”.
Como buenos amigos intentan compartir el mayor tiem-
po posible, aunque a veces no puedan. “Por los com-
promisos de Luis no podemos ir al Ducó juntos, pero
me encantaría, así le puedo enseñar de fútbol. Dentro
de 15 o 20 años va a aprender todo (risas)”, bromea Bu-
glione. “También me gusta quedarme para verlos entre-
nar a ellos. Lo importante es que Luis educa, además de
formar hombres y mujeres con personalidad por fuera
del taekwondo. Admirable”.
Ambos protagonistas sonríen al relatar sus momentos
juntos en los cafés, pizzerías y bares de Parque Patri-
cios. “Da gusto salir con Daniel. Es un tipo que tiene
códigos. El otro día recorrimos todo el barrio cuervo y
estaba con una remera de Huracán. Un mozo se acercó
a Daniel y pensé ‘voy a tener que empezar a defender-
nos’ (risas). ¿Y sabés que no? El empleado era queme-
ro y lo abrazó”, relata Luis.
En el gimnasio de taekwondo de la sede hay una placa
con el nombre de Daniel Buglione. “Le puse así por-
que creo que los homenajes a la gente de bien hay
que hacerlos en vida. Lo admiré mucho a Daniel y se
lo quise hacer a él, que es mi amigo del alma”, explica
Luis. El futbolista recuerda entre lágrimas el momento
en el cual se enteró del reconocimiento: “Me tomó por
sorpresa. Me llevaron al gimnasio y me dijeron que sa-
cara un trapito. Ahí estaba mi nombre. La verdad es
que yo le estoy muy agradecido. Lo más lindo que hay
son los amigos”.
Antes de despedirse, el Maestro cinturón negro com-
parte una historia personal: “Me acordaba recién que
le compré un libro a mi nieta y se lo dediqué, le escri-
bí: ‘Los abuelos estamos de paso, este libro va a es-
tar toda la vida’. Las cosas espirituales de la familia las
heredamos, pero los amigos los elegís. Yo lo elijo a
Daniel, y lo hago todos los días. Igual que como elijo
a Huracán”.
Daniel y Luis, junto a
la placa homenaje.
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