Revista Huracán - Edición número 14 Revista Huracán - Edición 14 | Page 14
GOL DE MUJER
Por Rodrigo Da Silva
Rocío Altamirano es jugadora de futsal y fútbol once en el Globo. En una entrevista a corazón
abierto, explica cómo desarrolla dos disciplinas tan exigentes a la vez, de qué manera vive la
profesionalización del fútbol femenino, sueña con la Copa Argentina en futsal y le desea algo
especial a Huracán en su nuevo aniversario.
¿Cómo es competir en dos disciplinas dentro del club?
¿Físicamente cuesta más, sentís el desgaste?
Es algo muy lindo, sobre todo representar a Huracán.
Vengo hace años jugando en fútbol once y ahora se
me dio la posibilidad de representar al club así que lo
disfruto. A veces se siente un poco, pero siempre hay
que dar el ciento por ciento, sea en once o en futsal.
¿Qué formación tuviste en el deporte?
Me formé en el club. Arranqué a los quince años en once
y este año comencé en futsal, así que crecí bastante.
¿Y este camino de profesionalización que emprendió el
fútbol cómo lo viviste? ¿En futsal se puede soñar con
lo mismo o ese espíritu amateur tiene a conservarse?
Es algo muy importante para las que venimos en esto
hace un montón, un reconocimiento a las que estamos
hace rato. Ahora hay que seguir paso a paso porque
esto recién comienza. Ojalá que en futsal pueda pasar
lo mismo. Es un hermoso deporte así que espero que
las chicas que vienen hace un tiempo en la disciplina
se puedan juntar como sucedió en once y puedan pro-
fesionalizarlo.
¿Qué cosas aplicás de una disciplina en la otra? ¿Consi-
derás que le sacás provecho?
En futsal jugar a uno o dos toques es importante, más
en el medio campo, de no tener tanto la pelota. Prime-
ro cuando estaba once era de aguantar más la pelota
porque mi físico me lo permite también, pero me ayu-
dó mucho en jugar simple. En ese sentido me parece
que saco ventaja, igual hay un montón de chicas en
once que también juegan futsal. De Huracán creo que
hay una más que juega en el club y otras que compiten
en otros equipos. Sirve un montón jugar futsal porque
por ejemplo en once tenés más tiempo para pensar y
el otro es más dinámico. Te abre la cabeza para poder
jugar, ver los espacios.
Si tenés que elegir entre alguno de los dos, ¿podrías o
se enoja alguno?
No sé, no creo, ja. Es complicado porque futsal me
ayudó bastante a crecer en el tema de mi juego, pero
también preferiría once por el tema de que vengo
hace muchos años ahí. Disfruto bastante y a veces lo
sufro y me enojo, no con mis compañeras sino conmi-
go misma, pienso ‘le tendría que haber pegado así o
tocado allá’.
Y ese enojo cómo lo trabajas en la semana, ¿sos de mi-
rar videos, entrenar aparte?
Si, incluso hay una jugada que siempre hago dando
el pase sin mirar, de Ronaldinho y me encanta. Es uno
de los deportistas que más me gusta, como también
Riquelme, que juegan delante de mitad de cancha y
piensan. Miro videos de ellos desde chiquita con mi
hermano, lo acompañaba a todos lados también.
¿Y cómo era la experiencia de ser mujer y practicar con
los varones?
Jugué varios partidos en un torneo donde eran todos
chicos y la verdad me recibieron súper bien, muy atentos.
Incluso me llamaban, ja. Obviamente es distinto el roce,
entonces todo te hace más fuerte y una lo aprovecha.
Mencionabas a dos cracks como referentes, pero tam-
bién hablabas de aguantar la pelota, ¿qué faceta te
gusta más?
En futsal soy más de pivotear para aguantar la pelota
y que las alas pasen, siempre jugué ese juego. En esa
faceta Wanchope era el referente, Pratto es otro que
miro. También soy de gambetear pero me costaba mu-
cho la velocidad, por suerte lo mejoré que es algo que
yo también me propuse.
¿Cuánto tiene que ver la familia para que hoy puedas
desarrollar plenamente tu pasión?
Mi familia siempre me apoyó en algo que a mí siempre
me gustó, que es jugar al fútbol, siempre estuvieron.
Por ahí a mi papá le costó un poco al principio pero vio
que podía y que era lo que a mí me gustaba. Mamá
estuvo siempre, los dos están en todos lados, en las
buenas y en las malas conmigo. Considero que el apo-
yo de la familia es lo más importante en la vida del de-
portista. Mi hermano también me ayudó, el esfuerzo
que él hizo lo imité para estar donde estoy.