Revista Huracán - Edición número 12 Edición 12 | Page 19

Historias de Vida | Por Catalina Pace “En un momento, cuando yo era muy chiquito, creo que tenía ocho años, un muchacho del barrio jodiendo me dijo: “si vos no sos de Huracán, te corto la cabe- za”. Empecé a venir a la cancha vieja donde vi muchos partidos”. Es lo que dijo Manuel Pardo, quien desde entonces, es fanático del Globo. Con sus ya 90 años, vivió todo, o por lo menos, estuvo en la gran mayoría de las cosas que le fueron pasan- do al club. Gran amigo de “Cacho” Di Nome, Manuel concurrió a las reuniones que en ese momento eran los viernes, al mando de uno de sus referentes, el te- niente Tomás Adolfo Ducó. Presenció la construcción del estadio, prestando casi la misma atención que los trabajadores. Y hasta conoció a su esposa en los bailes organizados por Huracán. Una vez construido el estadio, y siempre en el mismo lugar, “Cacho” Pardo empezó a ver los partidos pega- do al alambrado de la platea Alcorta. En un principio acompañado por su mujer y después, por toda la fa- milia. Su idea es la misma en cada encuentro, alentar a Huracán. Es por esto que meses atrás, fue reconocido por directivos del club a su larga trayectoria. ¿Qué recuerdos tenés al estar presente desde tan chico? Tengo muchos. Recuerdo la cancha vieja como si hu- biese sido hoy. Las reuniones que se hacían con Tomás A. Ducó, en Caseros y Monteagudo. Él hablaba lo que tenía que hablar y yo lo miraba sorprendido, como si dijera algo fuera de serie. El teniente vivía para Hura- cán. Por él tenemos lo que tenemos, la cancha, la sede. Además, de la construcción del estadio, sabía todos los materiales que usaban, cómo los usaban, todo. ¿Qué significó haber estado en todo lo que fue la construcción del Palacio y después poder ver los partidos ahí? Desde que el teniente hizo la cancha nueva, no me perdí ningún partido. Vine siempre y es emocionante. Con mi esposa siempre veníamos a la platea del club. Ella falleció hace poco y yo sigo viniendo solo o con mis hijos. 19