Revista Huracán - Edición 19 REVISTA HURACAN - abril - simples | Page 6

tema dedicado a Huracán que en realidad es un tango y todavía a terminar porque yo me tomo mi tiempo para completar las cosas ya que necesito que el tema englobe cosas que yo quiero. El tango que tengo lla- mado "El fulbito de la siesta" en donde un poco narro esa conexión que uno tiene con el fútbol interno, ima- ginario cuando uno es chico y está en soledad jugan- do, en un momento dice "...grité los ecos del Mundial 86’, el Diego en una gamba, el pase a Cani, por el sue- lo Taffarel, volví a Primera con Saturno y Mohamed, te- nía tanto tiempo que perder..." y esa es la frase donde menciona el ascenso de Huracán, que en su momento mi viejo, que en una ocasión enfrentó al Turco, no sé si dirigiendo lo cruzó o algo así y se lo hizo llegar. Ese tema les gusta a los muchachos de la Peña, general- mente canto canciones de hinchas de Huracán desta- cados como Homero Manzi, recito un hermoso poema de Julián Centeya a Huracán y unos escritos que tengo de cuando fue campeón en el 73’, también canto la marcha de Huracán, siempre que voy a la Peña, acom- pañado por el presidente de la misma, Sebastián Clua, canto a pesar de no participar todo lo que quisiera en ella por viajes. ¿Cómo juega el equipo de la peña? Me decías que siempre está la intención de vestir la 7 de René… El equipo de la Peña es un equipo que llega a lo acep- table, ja. He jugado un par de veces con ellos, fútbol 5 y cancha de 11 en el Gabino Sosa, nos dirigió el Negro Héctor Manuel Herrero, que además de ser uno de los referentes del 90’, para nosotros es un honor compartir tantos momentos lindos con él. Hemos enfrentado a la Peña de Central Córdoba, pero se pega mucho y ¡uno ya no está para esos trotes! Yo tengo disminución visual y he jugado a la par más allá de esto, he jugado en la Selección de Fútbol de Disminuidos Visuales el Mundial de 2008 y con los pibes se pica, sudan la ca- miseta, se juega mucho en esos partidos. A esta altura prefiero mirarlos desde afuera. Efectivamente, para mí Houseman sintetiza un romanticismo en el fútbol con una belleza que desgraciadamente poco a poco se ha ido perdiendo. No es que uno sea un nostálgico, más de una época que uno no vio más que en video, sino por todo lo que se ha generado alrededor de su figu- ra, por su postura ante las cosas y ante la vida, siendo un chico con tantas carencias y sin haber perdido su pertenencia, el ser uno más. Sumado a esto, el arte y