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Historias de Vida | Por Catalina Pace
Con tan sólo 11 años, guardó en la valija sus botines, su
ropa y los mejores recuerdos con su gente de la ciudad
de Colón, donde nació. Desde allí emprendió su viaje al
club de Parque Patricios. Brian Martínez, que ya vive en la
pensión, dejó todo para empezar a escribir su vida futbo-
lística en Huracán. ¿Qué significa para vos ser el abanderado?
Para mí significa una felicidad muy grande, un orgullo
para mí y para mi familia.
Hoy, ya con 12 años, juega en la categoría 2007. Con el
Globo al lado del corazón y el número 7 en su espalda,
busca divertirse y como la mayoría, hacer goles. ¿Cómo fue tu llegada al Globo? ¿Te adaptaste rápido?
Al principio me costaron los partidos iniciales, pero des-
pués me adapté re bien.
Celebrar como Cristiano Ronaldo es su mayor alegría de
cada partido y así, ya festejó 15 veces en lo que va del año.
Sin embargo eso no es todo y sumado a los entrenamien-
tos diarios por la tarde, se le suman las mañanas en el
colegio Bernasconi. Sabe que ahí también tiene que de-
jarlo todo como en cada partido. Es por eso que cada día
después de entrenar, se encarga de estudiar lo que tenga
y hacer las respectivas tareas. Con esfuerzo y dedicación,
los resultados se ven solos y, en este caso, se vio cuando
empezó a ser el abanderado del colegio.
¿Cómo manejás la distancia con tus papás?
Por ahora bien, se extraña pero vuelvo cada 2 meses.
Siendo delantero, ¿tenés algún festejo de gol especial?
Festejo con mis amigos pero más individual, como Ronal-
do. Si no, tiro el puño al aire.
Con el compromiso diario, Brian divide su día para hacer
todo lo que debe. Estudiar, jugar al fútbol y disfrutar de
sus amistades. Abanderado, goleador y soñador. Desde
Entre Ríos sube en Globo hasta lo más alto, y por ahora
recién está empezando su vuelo.
Brian Martínez,
categoría 2007.
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