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Famosos del Globo | Por Nicolás Roncoroni
Camina los pasillos del canal con la camiseta puesta.
Un ambiente de constante chicana futbolera, ya sea,
con las luces y cámaras prendidas como en los rincones
de producción. Los triunfos se celebran el doble y las
derrotas se soportan con cuerpo y alma.
Trujillo es una de las conductoras del magazine “El Dia-
rio”, programa de C5N que sale de lunes a viernes de
17 a 20 horas. Más allá de su historia como productora
y cronista, en el edificio situado en Olleros 3551 es co-
nocida por su gran pasión: el Club Atlético Huracán.
“Todo el mundo sabe que soy quemera. Vivo con bue-
na onda las cargadas que hacemos con mis compañe-
ros. Ojo, tengo amigos cuervos, no es algo con lo que
no pueda convivir. Es más, una de mis mejores amigas
es de San Lorenzo. Nos cargamos, pero desde el res-
peto”, cuenta la periodista.
El culpable de su fanatismo por el Globo tiene nombre
y apellido: Hugo Palla, su abuelo. Residente de Case-
ros y Maza, conoció al amor de su vida Aldina Fran-
ceschini en un baile que realizaron en el club. Tiempo
después tuvieron dos hijas, cosa que lo preocupó en
un principio. Pensaba que no iba a tener nietos que lo
acompañen a su amado Palacio.
se que, al salir de la escuela, le contó al padre que te-
nía una quemera en su misma aula. Él fue rápidamente
a preguntarle a mi mama si era cierto. Obviamente,
ellos también eran hinchas. Es hoy en día que vamos
las familias juntas a la cancha. Son como primos o her-
manos y todo nació por Huracán.
¿Cómo es “Luli” Trujillo como hincha?
Depende la época y la actualidad del equipo, ja. No
soy del grito ni el insulto constante, pero tampoco
puedo decir que jamás me la agarré con algún árbitro.
Eso si, no le caigo a los jugadores. De chica, íbamos
con mi familia a la Alcorta y algunas veces a la popular.
Hoy nuestro lugar en el mundo es la Miravé.
¿Cuál es el recuerdo más lindo que tenés relaciona-
do al Globo?
El campeonato que ganamos en San Juan. Alquilamos
una combi y fuimos con mis hermanos, fue increíble.
En el camino me pregunté qué hacía ahí, pero des-
pués todo valió la pena. También, tengo recuerdos de
joven cuando iba al Palacio con mi abuelo. Ver perder
al equipo bajo la lluvia y decir nunca más. Pero a los 15
días llamaba y preguntaba quién me pasaba a buscar
para ir, ja.
El destino hizo que el padre de Lucila tenga al fútbol
fuera de sus prioridades. Ante esto, el camino quedó
libre para el viejo Hugo, que transformó a “Luli” y sus
tres hermanos en enfermos de la Quema. Los años pa-
saron y la ex cronista llegó ni más ni menos que a con-
ducir el evento por los 110 años de la institución.
“Cuando era chica, llevaban más a los hermanos o pri-
mos a la cancha. A veces, íbamos todos con mi mama
y mi abuela, pero socia me hicieron de más grande. En
una reunión familiar, le pregunté a mi abuelo por qué
los chicos eran socios y yo no… Me dio la razón y, al
otro día, ya tenía mi carnet”, rememora la vecina del
barrio de Belgrano.
¿Qué lugar ocupa la institución en el día a día de los
Trujillo?
Es lo que nos une como familia. Cuando juega, nos
juntamos antes o después para comer. Es un plan fa-
miliar. Todos mis conocidos a los que le gusta el fútbol
fueron alguna vez a la cancha con nosotros. Es más, a
más de uno lo convencí para que se haga quemero, ja.
¿El grupo de la cancha es más grande que los que
integran tu árbol genealógico?
¡Obvio! En primer grado, tenía un compañerito de cla-
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