Luego de su paso por Huracán, donde disputó un puñado
de partidos en primera entre el ‘48 y ‘50, Don
Ángel pasó al torito de Mataderos y cerró su carrera en
el mate quilmeño recibiendo el club quemero la suma
de veinte mil pesos por su transferencia. Luego su vida,
además de trabajar en ese entonces en una fábrica de
calzados en Parque Chacabuco de la familia Bachela,
fue en los primeros años como entrenador de varios
equipos de ascenso.
Hoy, siendo uno de los ex jugadores más longevos del
club, Ángel Julio disfruta de los momentos lindos que
le tocó vivir. “Siempre voy a estar agradecido a Huracán,
formó parte de mi juventud. Es muy lindo poder
relatar todo lo que viví ahí”, culmina el protagonista de
lujo que podemos disfrutar en una charla de historia,
de pasión y de grandeza.