REVISTA HURACAN - Edición Nro 20 20 | Page 32

Nueve décadas para recordar, reír y relatar su b de vida y siendo él mismo, en primera persona protagonista, un ser especial, ex jugador de H haber defendido la camiseta del globo en un orgullo muestra su carnet de jugador del añ corroborar que Don Ángel Julio formó parte d Nació el 12 de junio de 1929, en la ciudad de Pergamino, siendo el sexto de trece hermanos. Tan solo cuatro años tenía cuando arribó con su familia al viejo “barrio de las ranas” (como se llamaba a la parte baja de Parque Patricios) para instalarse en un conventillo de la calle Grito de Ascencio 3472. Con el tango recorriendo sus venas y un álbum de fotos que repasa cada mañana, Don Ángel nunca olvidó sus raíces y en su casa de Pompeya abre las puertas al recuerdo. Junto a él, están sus dos hijos: Claudio -el mayor- y Andrea, quien heredó la pasión quemera y es maestra del colegio San Bartolomé. “Yo competí en Huracán, Chicago y Argentinos de Quilmes. Era rústico, metía bastante porque en esa época se jugaba así”, resalta el entrevistado en sus primeras palabras agarrando rápidamente imágenes de esa época para mostrar y acotar sobre sus ex compañeros: “Omar Muraco era vecino mío, íbamos juntos a los partidos. En esta foto también esta Cacho Giménez, ¡que época esa! El estadio tendría meses de vida cuando nos tomaron esa fotografía.” Al dejar nuevamente sobre la mesa la vieja postal, Don Ángel levanta la mirada y recuerda con firmeza el momento que le tocó jugar un duelo crucial ante Lanús, siendo de vida o muerte para la institución. Tenían que ganar para mantener la categoría, y él recibió un llamado importante horas antes de esa final: “estaba en el bar de Grito de Ascencio y San Francisco (hoy Diógenes Taborda) con la barra de muchachos. Teníamos pensado ir a ver el partido para alentar a la primera, siendo yo en ese entonces un joven jugador de reserva. De repente entra corriendo mi hermano Luís, que también jugó en Huracán de defensor, y me avisa que habían llamado del club a una vecina para informar que debía presentarme a las 14 hs en la cancha de San Lorenzo. Al sorprenderme, mi hermano me dice que estaba descompuesto el centro-half Juan Carlos “Cacho” Giménez y debía ir en su lugar. Al partir de mi casa, ya todo el barrio sabía que jugaba, rápidamente corrió la noticia”, a lo que el protagonista de esa tarde del 8 de enero de 1950 sumó: “Como no teníamos plata para el colectivo, con mis amigos y familiares fuimos caminando más de 20 cuadras hasta llegar al Viejo Gasómetro. Al llegar, como era pibe y no me conocían, me frenaron sin poder ingresar al vestuario hasta que vino un dirigente a buscarme. Ese día los periodistas preguntaron cómo me llamaba y el delega- d s D c t Á N B d u e d “ p e e e s n e E q N d d t e g e p