Revista Gremial del SAONSINRA (2017) Soporte digital de la Revista del SAONSINRA | Page 29
o Naval
pasamos buenas, malas. Ahora hay un gremio que
está volviendo a ser como antes. gracias a Dios tene-
mos algo por lo que siempre se peleó como el Cam-
ping que es lo que faltaba en Mar del Plata, para el
esparcimiento de nuestras familias navales. Ya que
hemos tenido bastantes malos dirigentes que pensa-
ban solo en ellos, pero, gracias y a la organización, pu-
dimos sacarlos. Siempre participé en las reuniones y
asambleas del Gremio, lo que mas me gusta es lo social y
por supuesto hacer el asado para los compañeros.
Quiero referirme en este momento, ya que estoy acá, sa-
ludando a mi ex compañero en el taller, a “El flaco” Le-
dezma quien fue un gran compañero. Siempre estuvimos
en la lucha, a él siempre le gustaba la parte sindical, tenía
buena inteligencia para eso, lamentablemente se nos fue,
pero hizo mucho por nosotros desde que estuvo Santillan,
Veliz, que los ayudo mucho, fue una gran persona. Un re-
cuerdo inmenso a ese compañero que dejó una impronta
entre nosotros.
Hoy estoy jubilado, Soy casado, tengo dos hijos, una hija
que ya está casada, mi hijo que gracias a Dios está traba-
jando, el yerno que es un avión y mi nieto que es el que
puede más que mis hijos. Siempre le doy Gracias a Dios
por la familia que fue mi puntal.
Solo espero, en lo posible, si podemos hacer la Comisión
de Jubilados Navales de Mar del Plata. No tan solo para
poder utilizar el Camping que esta muy bonito, sino para
poder transmitir a las nuevas generaciones de navales
nuestra experiencia.
Tres sobrevivientes del mítico
conflicto en el Astillero Unión
El Legui –Tres décadas de maniobras-
Me llamo Víctor Hugo Leguizamón. Empecé a trabajar
en la Industria Naval a partir de septiembre del 90, en Ma-
niobras, que consiste en el alaje de barcos, botaduras y
todo tipo de movimiento en gradas. Casi 27 años de expe-
riencia. Era Astillero Alnavi, cuando empecé a trabajar,
luego paso a ser Astillero Mar del Plata, teniendo esta
razón social se produce la quiebra de la empresa que era
de Barilari. Momentos difíciles para nosotros, paros, tratar
de cobrar el sueldo, discusiones, asambleas, todo lo que
puede producir una situación como esta. Sorteado esta di-
ficultad, se hace cargo otro dueño donde pasamos a per-
tenecer a Astillero Unión, que duró casi un año… y se
produce otro cortocircuito, donde éste empresario quiere
hacer un cambio de socios para que se hagan cargo del
mismo. Para colmo los conocíamos y sabíamos que no te-
nían capacidad -no tan solo como empresarios- sino que
EL TRABAJADOR NAVAL
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Legui, Tucu y Jara
no tenían capacidad económica para llevar adelante este
emprendimiento. Al enterarnos de esto hicimos una asam-
blea general para informar a nuestra organización sindical.
Recuerdo que justo el Papa Francisco había dicho, “hagan
lío”, y bueno, no hubo otra cosa que hacer “lio”. Nos orga-
nizamos conjuntamente con los 32 compañeros, nuestro
sindicato y desde agosto a noviembre de 2013, mas o
menos, armamos una carpa en la entrada del astillero para
resguardar los puestos de trabajo, y que alguien se hiciera
cargo de esta unidad productiva. Pasamos momentos
mucho más difíciles, pero sabíamos que solo unidos y or-
ganizados podíamos llegar a buen puerto.
Después de muchas gestiones de, en aquel entonces se-
cretario general, Cayo Ayala y nuestro actual secretario ge-
neral Juan Speroni, con el consorcio portuario de nuestra
ciudad, se logró que se licite nuevamente éste predio, y se
hizo cargo actualmente el Sr. Enrique Godoy. Hoy es Asti-
llero T.P.A. Realmente estamos bien, se ha cambiado mucho
la fisonomía del astillero, nuevo comedor, galpones, una
importante inversión que se está llevando a cabo; y lo más
importante es que hay mas mano de obra, mas compañe-
ros trabajando en momentos donde no abunda tanto la-
buro en nuestra ciudad.
El Tucu. Entre la militancia y la
mesa Paritaria
Me llamo Ramon Juárez, más conocido por “El Tucu”. Em-
pecé en el año 82 como raschin, luego al querer superarme
en la actividad pasé a ser soldador de casco y luego calde-
rero. Siempre digo que la formación en el oficio es impor-
tante yo soy testigo de esto. Es no quedarse con una sola
cosa. Y la industria te da esa posibilidad. Pero por sobre
todo a los compañeros que me enseñaron el oficio naval.
Como te decía empecé en el 82 en Astillero S.P.I. hasta el
90. Al salir de ahí, como decimos acá, me crucé de vereda
y me tomaron en aquel entonces era Astillero Astinave.
Pasó el tiempo y fue cambiando de nombre este polo pro-
ductivo, hoy después de una lucha que se dio en el marco
de un traspaso de “dueños” bastante irrisorio, con los com-
pañeros en la puerta de este astillero, donde resguardamos
nuestros puestos de trabajo, estamos mejor.
Fui Delegado de Personal hasta el 2013. En aquel enton-
ces Astillero Unión, como te contaba. Fueron momentos
di-