en el homo videns, ahora el hombre es multimodal en su interacción social, multiplataforma,
multimedial. De la palabra se pasa a la imagen, la realidad pensada se concreta en un código.
El código lingüístico se actualiza en el código semiótico, donde los signos y los símbolos
se interpretan y se decodifican traduciendo la realidad según el contexto y la cultura. El
lingüista y semiótico Umberto Eco señala una clasificación de los códigos:
Códigos perceptivos.
Códigos de reconocimiento.
Códigos de transmisión.
Códigos tonales.
Códigos icónicos (figuras, signos y
semas).
Códigos iconográficos.
Código genético ADN
Códigos de gusto y sensibilidad.
Códigos estilísticos.
Códigos del inconsciente.
De esta manera, se concibe
al código como las formas
convencionalizadas en las que
grupos
determinados
de
personas crean significados para comunicarse, donde la
palabra ha gestado a la imagen, y la imagen conduce al pensamiento humano a la actividad,
a la acción o ser siendo con los demás. Es decir, los códigos configuran
la cultura y la cultura moldea la sociedad humana en un proceso de
semiosis infinitiva, recursiva, donde el elemento antecesor construye a
su consecuente. Se actualizó el uso del código semiótico a la imagen
digitalizada, al código, al password, a la contraseña para acceder e
interpretar la combinación de la información, haciendo una “match” de
lo codificado y lo decodificado, interpretando la complejidad de la
realidad humana.
Del código genético se ha pasado a la codificación de la especie humana como trampolín
al transhumanismo. La comunicación se “redujo” a lenguaje binario, a interpretación