Revista Foro Ecuménico Social Número 8. 2011 | Page 45

Inserción laboral de jóvenes sentirse parte de la sociedad. Si bien este tipo de transferencia de becas presenta ciertas dificultades al no poder aplicarse en todos los casos debido a cuestiones de accesibilidad geográfica, resulta muy ágil y transparente, tanto para el que lo recibe como para el que lo otorga. En lo que hace a la gestión de la beca el estudio aborda también las dimensio­ nes referidas a quién recibe y admi­nistra el dinero de la beca, la periodicidad con que los distintos Programas transfieren el dinero de la misma, así como los dis­ tintos montos estipulados en función de la modalidad que adopta cada organiza­ ción o empresa. Otro aspecto relevante a destacar es el sistema de tuto­rías que, con diferen­ tes modalidades, desarrollan la mayo­ría de los programas estudiados. El rol del tutor o encar­gado de seguimiento apa­ rece en todo el análisis realizado como el engranaje central y fundamental en toda la estruc­tura de los programas. La tutoría se presenta como una estrategia de andamiaje para sostener, acompa­ ñar, orien­tar la escolaridad y promover la inclusión de los jóvenes, encontrando los mejores modos de tornar significati­ va la experiencia escolar. La función del tutor está ligada tanto a la calidad edu­ cativa como a las tareas de asistencia y con­tención; incentivando a los becados no sólo a continuar y finalizar sus estu­ dios, sino a tener una visión de futuro, les inculca la posibilidad de desarrollar un proyecto de vida. En esta dimensión surge con fuer­ za la diferencia en­tre, aquellos progra­ mas que asumen la actividad del tutor como una tarea voluntaria y aquellos que la consideran como un trabajo por el cual el encargado del acompaña­miento del becado, debe percibir una retribu­ ción moneta­ria. En este aspecto, a tra­ vés de las entrevistas, emerge la necesi­ dad de otorgar un incentivo económico a quienes realizan el trabajo de manera voluntaria, con la idea de darle mayor sustentabilidad a la actividad y evitar la rota­ción y/o abandono de ésta práctica. A lo largo del análisis, desde distin­ tos argumentos y posturas, se destaca el preponderante rol que desempeña la escuela en lo que respecta al desarro­ llo de los distintos programas. A pesar de las diferencias con respecto al rol que desde los mismos se le asigna a un ac­ tor como el co­legio, todas las organiza­ ciones responsables coinciden en seña­ lar que el impacto de sus programas es mayor si se lo­gra tener una buena arti­ culación con el colegio. En lo que res­ pecta a programas de becas del sector privado y OSC, el éxito del programa es mayor cuando la institución edu­cativa se constituye como un actor relevante, comprome­tiéndose en la implementa­ ción y desarrollo del mismo. Por otro lado, considerando que los niños, niñas y adolescentes beneficiarios de estos programas pertenecen a fami­ lias, por lo general numerosas, con un clima edu­cativo bajo y con escasa, pre­ caria o nula inserción en el mercado la­ boral que, en su mayoría, perciben in­ gresos a través de planes sociales; la familia también asume un rol muy significati­ vo en los programas de becas estudiados. Desde distintas voces se coincide en la im­ periosa necesi­dad de contar con la familia como un alia­ do fundamental para, des­ de sus hogares, sostener a los chicos en los pro­gramas y en la escuela. En muchos programas incluso se fo­ menta la participación directa de los miembros familia­res buscando lo­ La función del tutor está ligada tanto a la calidad educativa como a las tareas de asistencia y contención; incentivando a los becados no sólo a continuar y finalizar sus estudios, sino a tener una visión de futuro. FORO •63