Revista Foro Ecuménico Social Número 8. 2011 | Page 94
Responsabilidad Social y Ciudadana
mero en un grupo de interés económico,
y después en un grupo de presión, lo que
sería mucho más peligroso. Los grupos
de interés económico se sitúan fuera del
núcleo. Y los grupos de presión todavía
más fuera, pero influyen directamente
en ese núcleo.
Me gustaría que fuésemos capaces,
cada uno en su empresa, y en su organización, de establecer un mapa de partes interesadas, en donde esas partes se
integren como gajos dentro de una naranja. La parte es siempre una porción
del todo. La parte, el gajo, sigue al todo,
el co njunto de la naranja, en su destino,
y sufre las consecuencias del destino de
la propia naranja. Hablemos de partes
interesadas, de gente que esté realmente interesada en que la empresa, objetivo común hecho entre humanos, alcance
aquello que se ha propuesto hacer.
Derechos humanos
El Pacto Mundial es un compromiso
de empresas y organizaciones en el cumplimiento de nueve puntos, en principio, que se convirtieron en diez cuando
se añadió la lucha contra la corrupción.
Probablemente se añada en el futuro
otros que tengan que ver con la cooperación. Esto demuestra que el nuevo rol
que todos estamos jugando ha traído
como consecuencia que hoy las empresas sean muy importantes en el mundo.
Tan importantes, que hay diez mil empresas firmantes del Pacto Mundial en
todo el mundo. Lo que no quiere decir
que todo el mundo haga las cosas que
el Pacto Mundial le pide, y que desarrolle y cumpla esos principios que aparecen en ese pacto. Pero, seguramente, el
futuro pasa porque las empresas seamos
garantes del cumplimiento de los derechos humanos, y no solo garantes sino
fomentadoras de los derechos humanos,
cumplidoras exigentes de esos derechos,
para que de una u otra forma les enseñemos a los Estados que ellos no fueron capaces de poner en marcha eso que
se llamó derechos humanos, y que nació
en 1948, después de la Segunda Guerra
Mundial. Nunca se cumplieron los derechos humanos, porque en muchos países no quisieron que se cumplieran. Hay
una lista de las Naciones Unidas en donde figura el cumplimiento de los derechos humanos, y aparecen decenas y decenas de países en donde se los pisotea.
La importancia económica y social que hoy tienen las empresas, su
compromiso con los derechos humanos y con el Pacto Mundial, nos permitirá ser capaces de articular un sistema en donde las cosas se hagan de una
forma diferente. Lo más importante
que hay en el mundo, más allá de empresas y organizaciones e instituciones,
son las personas, principio y fin de todas las cosas. Lo social se tiene que justificar como plataforma de la persona.
A las personas tenemos que dirigir nuestros esfuerzos fundamentales.
Me gusta también hablar de responsabilidad social de las organizaciones.
Está claro que las empresas no son el
exclusivo ADN del mundo económico
y social. Es verdad que las empresas son
la mitad del PBI mundial, pero hay organizaciones, instituciones y Estados, y
hay medios de prensa. A todo el mundo
tendríamos que pedirle responsabilidad
social. Cuando hablamos de responsabilidad social de las organizaciones, estamos metiendo en el mismo saco a este
compromiso común que se
llama el cumplimiento de nuestros deberes, el compromiso
con la sociedad que nos
da cobijo, y el cumplimiento
de la ley que al fin y al cabo es lo
que fundamentalmente importa.
Corremos el riesgo de
ser una especie
de casta privilegiada;
escribimos y hablamos
para nosotros,
hacemos cosas que
no entiende nadie,
utilizamos un lenguaje
críptico.
FORO
•113