Revista Foro Ecuménico Social Número 7. 2010 | Page 77
Responsabilidad Empresaria
relieve al conjunto de la sociedad un compromiso de hacer aquello que publicó.
Por otra parte las contribuciones a la
sociedad son aconsejables, como lo es
que cada día más la empresa adquiera ese
compromiso social al que me referí. Nosotros establecimos una política de responsabilidad social sobre la base de diez
principios. Y en base a ello todas y cada
una de las empresas del grupo, todas y
cada una de las divisiones, todas y cada
una de las filiales en los 45 países en los
que estamos, hace su propio plan de responsabilidad social, de forma transversal, adecuado a esos principios, que naturalmente incluyen el cumplimento de
la ley o el Pacto Global y unas cuantas
cosas más que tienen que ver con relaciones laborales, innovación, comunicación, dialogo, etc.
El futuro no está escrito, siempre hay
algo mas allá de donde alcanzan los ojos
en el horizonte y seguramente los problemas que vamos a tener en el futuro
sobre responsabilidad social tienen que
ver con la apreciación de que este es un
camino sin retorno. En este momento
probablemente no se nota, porque está
muy instalado el cortoplacismo y la responsabilidad social seguramente no está
entre las prioridades empresariales, olvidando que la responsabilidad social es
sobre todo profesional.
Sin duda este es el momento de acercarnos al principio de este camino largo y sin retorno en el que se busca que
una empresa se convierta en una empresa ciudadana que cumple con su deber,
que se comporta éticamente, que tiene
un fuerte compromiso social, en donde
la educación juega extraordinariamente,
y nunca puede convertirse en un privi-
legio. Es un movimiento que cuadra en
aquello que dijo Nietzsche en un momento determinado, acerca de que una
generación ha empezado la batalla y otra
deberá concluirla. Seguramente algunos
han iniciado la batalla sobre la responsabilidad social, y otros van a terminar de
hacer que las empresas sean responsables en el mundo.
Es importante que nos demos cuenta de la necesidad de la multilateralidad,
es tiempo de una responsabilidad compartida, si podemos juntos ser capaces
de encontrar un liderazgo solidario que
nos permita actuar conjuntamente para
resolver los problemas que el mundo
nos plantea en cada momento.
La responsabilidad social es futuro,
porque es sostenibilidad, porque es fundamentalmente estrategia, es una respuesta global inteligente a lo que el mundo está planteando en cada momento.
No estamos descubriendo nada nuevo. Hace dos mil años, en el año 44 antes
de Cristo Cicerón escribió un libro que se
llamaba “De Officiis”, “Sobre los deberes”, que dedicó a su hijo Marco poco antes de que lo asesinaran. El decía allí que
junto a las práctica de las cuatro virtudes
–la prudencia, la justicia, la fortaleza y la
templanza– el ser humano y la organización humana tenían que ser capaces de
cumplirlo en términos de la solidaridad.
Algo que ya dijo Aristóteles, que el ser
humano cuando vive en comunidad es
un ser solidario. Otros conceptos de Cicerón son la honestidad y la participación
activa en la vida de la ciudad. Esos
tres conceptos se incluyen en lo
que creemos de corazón y que conocemos como responsabilidad social. •
Algunos han iniciado
la batalla sobre
la responsabilidad
social, y otros van
a terminar de hacer
que las empresas
sean responsables
en el mundo.
Exposición en el Seminario “Responsabilidad Social. Nuevos Desafíos” organizado en la Universidad Rey Juan Carlos en Madrid el 4 de noviembre
de 2009.
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