Revista Foro Ecuménico Social Número 7. 2010 | Page 7
Redescubrir la diversidad
P. Jean-Yves Calvez
Redescubrir la diversidad
y la pluralidad
Fue miembro de la Academia Pontificia de Ciencias,
catedrático de varias universidades, autor de numerosos libros, redactor en jefe
de la revista Etudes y presidente del Foro Ecuménico Social
Habiendo
vivido un cierto tiempo
me he dado cuenta que las problemáticas han cambiado muchísimo. Voy a empezar con una cita para decir que desde
los primeros momentos de la problemática del desarrollo, digamos en los años
60 del último siglo, ha habido igualmente una problemática cultural y de desarrollo. Pienso en lo que decía el Papa Pablo VI en el año 67’ en encíclicas sobre
el desarrollo, la famosa Populorum Progressio. Disculpen que cito al Papa, pero
es porque la Iglesia Católica ciertamente ha sido una de las organizaciones más
presentes en este tema desde los primeros años de esta problemática.
Decía Juan Pabl o XVI que, rico o
pobre, cada país posee una civilización
recibida de sus mayores, y constituida
por instituciones exigidas por la vida terrenal, instituciones económico, sociales, y además manifestaciones superiores artísticas, intelectuales, religiosas, de
la vida del espíritu, o sea de la cultura.
Mientras que estos elementos de civilización contengan verdaderamente valores
humanos, afirmaba el Papa, sería un grave error sacrificarlas a aquellas otras nuevas expresiones del desarrollo económico. Un pueblo que lo permitiera perdería
con ello lo mejor de sí mismo, y sacrificaría sus razones de vivir.
Consecuentemente decía Pablo VI
que los técnicos en misión de desarrollo
no deben comportarse como dominadores, sino como asistentes y colaboradores. “Un pueblo –agregaba– percibe
enseguida si los que vienen en su ayuda
lo hacen con o sin afección. Los agentes de estas misiones se esforzarán sinceramente por descubrir junto con su
historia los componentes y las riquezas
culturales del país que las recibe. Se establecerá con ello un contacto que fecundará una y otra civilización”.
Esto demostraba un interés muy intenso en las culturas presentes en el
mundo en el que se procuraba el desarrollo.
Yo enseñé sobre desarrollo en la Escuela de Ciencias Políticas en París
desde la década del 60’, y durante
muchos años vi cambiar las cosas. Si pienso en todo lo que decíamos en aquellos años es claro que había preocupación por
no aplastar, por no pisar las culturas tradicionales. Pero también se quería respetar algo que
viene de un pasado, el resto de
una historia anterior. Después
de muchos acontecimientos más
recientes tantas cosas renacen
y nos obligan a pensar en otro
Tantos
acontecimientos
provocaron
paradójicamente un
renacimiento de
las culturas y a veces
también de entidades
políticas.
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