Revista Foro Ecuménico Social Número 7. 2010 | Page 68

Vivienda Social De lo que no se habla con mucha frecuencia es que hay cerca de 2 mil millones de personas que no tienen electricidad. 86• FORO mitad de su población, y hay mil doscientos millones de personas que no tienen agua potable. Pero de lo que no se habla con mucha frecuencia es que hay cerca de 2 mil millones de personas que no tienen electricidad. Los temas que ha abordado en una reunión el Foro Ecuménico Social y el análisis de soluciones concretas frente a los mismos es importantísimo a nivel del mundo y en el ámbito de América Latina, y desde ya es muy importante para la Argentina. Es el tipo de cosas que necesitamos en la Argentina en múltiples campos. Necesitamos que se reúna la gente para ver cómo bajamos de verdad a fondo radicalmente la cifra de 6 mil niños muertos gratuitamente. Necesitamos que haya muchos lugares donde se vea cómo hacer inclusión social y se generen propuestas, y trabajos. Una última referencia. ¿Cuánto vale tener una vivienda donde una familia pueda almorzar o cenar con los chicos? ¿Cuánto vale eso en términos de desarrollo de una sociedad? Se ha medido últimamente. No hay posibilidad de que pueda haber una cena familiar si no hay condiciones, si no hay una vivienda social que garantice la mínima dignidad como para que pueda haber una mesa en la que se pueda reunir toda la familia. Los chicos que tienen la oportunidad de que en sus casas los padres cenen con ellos con frecuencia, tienen un desarrollo diferente que aquellos que –aunque vengan de familias ricas– como los padres no tienen tiempo, cenan con sus hijos una vez por semana o cuando pueden. La diferencia es total; los chicos cuando están alrededor de una mesa familiar adquieren una serie de capitales. Tienen identidad generacional porque ¿de qué se habla en una mesa familiar? Se habla del tío, de la tía, de los abuelos, de dónde es el origen, de qué provincia vinieron. Entonces tienen identidad generacional, pertenecen a un hilo generacional. Aprenden de lo que está sucediendo en la realidad, de las ocupaciones de sus padres, forman un razonamiento crítico, amplían su lenguaje. Los que tuvieron una de esas familias tienen un desempeño en inteligencia emocional, equilibrio psicológico y desarrollo de sus capacidades cognoscitivas y de su razonamiento muchísimo mayor que los que no tuvieron esa infancia. Las mesas familiares siguen siendo irremplazables; no hay ninguna otra estructura social que pueda educar del modo que lo hace una mesa familiar. Para que haya una mesa familiar tiene que haber una vivienda. •