Revista Foro Ecuménico Social Número 7. 2010 | Page 61
Vivienda Social
dos estructurales –o changuistas ocasionales–, están ubicados en parajes rurales
o urbanos, a veces dispersos otras no, isleños, personas que se han asentado en
la periferia de los centros urbanos. Mayormente son analfabetos funcionales y
a veces indocumentados. Hay todo un
trabajo para realizar con esta población
a la que nos dirigimos.
Muchas veces estas personas ni siquiera se han beneficiado con algún plan
social que les correspondía por su situación, no por inercia o por dejadez, sino
por desconocimiento. Hay planes de salud, alimentarios, y esta gente no está
inscripta ya sea porque no tienen documentos o porque el centro está muy lejos de donde tienen que anotarse, o porque nadie les dijo o porque no saben si
les corresponde. Otro impedimento era
que los planes de vivienda exigían que
fueran propietarios del terreno.
A fines del siglo pasado, cuando la
Corriente del Niño destruyó miles de
hogares, la gente llenaba un afiche donde se le preguntaba “¿usted es propietario?” la respuesta era “sí” a lo que seguía “¿tiene papeles”, “no, no tengo” “¿y
cómo es propietario?” “porque mi abuelo era dueño…”. El tema es que no había títulos pero sí un gran sentido de la
propiedad. Lo que quiero decir es que
al no cumplir con los requisitos de tener los papeles de la propiedad, esta situación ha cambiado con este convenio,
ya que lo que se requiere no es la escritura sino que los terrenos tengan la posibilidad de ser escriturados. Este es un
hecho fundamental porque hay muchos
que pueden lograrlo: los que tenían la
posesión desde el abuelo pueden iniciar
un juicio para el reconocimiento por el
uso durante tantos tiempo; en otros casos, había un título pero no se llegó a
hacer la sucesión correspondiente; también se han firmado boletos pero falta la
escritura; se han cedido y donado, hay
patrones que han regalado, tal vez no
hay título pero quien lo ha recibido se
siente propietario. En este programa todos estos casos se han borrado ya que
un terreno que posee un boleto es escriturable; todo aquello que se pueda documentar lo llevamos ante lo que exige
la ley: todo lo que sea escriturable ingresa a este plan de vivienda.
¿Cómo se arma el plan de vivienda
de acuerdo a este convenio? Con la Diócesis que desea participar –no es obligatorio– o la organización que se presenta (como tenemos una estructura de
Iglesia el único requisito es que la Iglesia
local esté de acuerdo con esa organización) se forma un equipo que tiene que
estar integrado por un técnico constructor, un técnico social y un contable. Todos componentes de suma importancia,
sobre todo el técnico social, porque justamente estamos construyendo vivienda
social. Hay algunas definiciones con las
que yo no concuerdo como que la vivienda social es aquella que está destinada a los sectores de menores recursos; ese sería el qué de la cuestión. ¿Cuál
es el cómo? Vivienda social debe tener
apoyatura social ya que estos planes no
son difíciles pero sí trabajosos. Hay gente que no ha trabajado nunca, hay mujeres solas a las que hay que ayudar a desarrollar las capacidades que poseen. Para
nosotros si un equipo no tiene apoyatura social no puede funcionar.
Naufragan las mejores intenciones.
Si un equipo
no tiene apoyatura
social no puede
funcionar. Naufragan
las mejores
intenciones.
Trabajar
integradamente
El equipo local tiene
estas tres áreas que deben
trabajar integradame nte. Hay
un equipo central que es el de
Cáritas Nacional que se inició
FORO
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