Revista Foro Ecuménico Social Número 7. 2010 | Page 45

Dialogo con los más pobres nómeno de retraimiento y de progresiva emergencia en una parte del mundo mapuche, especialmente entre los más jóvenes, de la idea de volver a recuperar la comunidad perdida antes que sumarse a procesos de integración en la sociedad, reivindicando derechos ancestrales. En el año 1979 el régimen de Pinochet estableció mediante una ley la desaparición del trato diferenciado de la propiedad territorial indígena. Y lo que se hace entonces es subdividir las comunidades, y entregar títulos de propiedad individual sujeta a las leyes del mercado con, sin embargo, ventas que se autorizan solo 20 años después de entrada en vigencia la ley. A raíz de la legislación dictada por la dictadura militar (Decretos Leyes 2568 y 2750), se produce en una década la disolución de la casi totalidad de las comunidades y se entrega a los indígenas títulos de dominio individuales sobre las tierras divididas. La vuelta a la democracia incluyó la búsqueda de un nuevo trato con los pueblos indígenas. La nueva coalición de gobierno elaboró en octubre de 1989, antes de asumir, una propuesta para los pueblos indígenas que asumía como válidos muchos de los planteamientos formulados por las organizaciones indígenas en sus demandas expresadas en Nueva Imperial, en el Encuentro Nacional Indígena con el entonces candidato presidencial de la Concertación, Patricio Aylwin. En este encuentro se suscribió entre los representantes de las organizaciones indígenas y el candidato un Acta mediante la cual los primeros se comprometían a apoyar los esfuerzos del futuro gobierno en favor de la democratización del país y a canalizar sus demandas a través de los mecanismos contemplados en el programa de la Concertación, en tanto este último se comprometía a instar por el reconoci- miento constitucional de los pueblos indígenas, crear por ley una Corporación Nacional de Desarrollo Indígena con la participación activa de estos pueblos, y crear una Comisión Especial de Pueblos Indígenas con participación de los distintos pueblos para estudiar una nueva legislación sobre la materia. Fue un dialogo profundo con quien sería después presidente de la República, y de esto surgió el compromiso de la renaciente democracia chilena de dar un reconocimiento a los pueblos indígenas, lo que nunca antes había ocurrido, con la contrapartida de que las reivindicaciones del mundo indígena se desenvolviesen en el contexto de la institucionalidad. En este acuerdo de mucha significación simbólica e histórica, el balance 20 años después es que en tanto las organizaciones del mundo mapuche presentes cumplieron su palabra, el Estado chileno no la cumplió sino de manera incompleta, especialmente por la oposición tradicional de la derecha en el parlamento a otorgar el reconocimiento constitucional a los pueblos indígenas. Sin embargo se creó la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena que tiene dos mecanismos; por un lado un consejo que es elegido por las comunidades indígenas, y un director nombrado por la Presidencia de la República, que a su vez administra un fondo nacional de tierras y aguas, con recursos cada vez más importantes. Se generaron así las condiciones para ir satisfaciendo al menos parcialmente las demandas ancestrales de reconocimiento de derechos sobre tierras indígenas. Se configuró entre tanto una nueva generación de indígenas, una parte de la cual asumió posturas más Se traduce en un fenómeno de retraimiento y de progresiva emergencia en una parte del mundo mapuche de la idea de volver a recuperar la comunidad perdida. FORO •63