Revista Foro Ecuménico Social Número 7. 2010 | Page 18
Redescubrir la diversidad
P. Ignacio Pérez del Viso
Compañero, hermano y amigo
Filósofo y teólogo jesuita, investigador del Centro de Investigación y Acción Social
Al
La fraternidad, en
cambio, es una dimensión permanente. Podemos distanciarnos, pero seremos
siempre hermanos,
aunque distanciados.
36• FORO
jesuita Jean-Yves Calvez lo recuerdo, ante todo, como compañero.
Algo que caracterizó al primer
grupo de jesuitas, entre ellos san
Ignacio de Loyola y san Francisco Javier, fue el ser muy compañeros entre ellos y al mismo
tiempo sentirse compañeros de
Jesús. Por eso fundaron la “Compañía” de Jesús. En aquella época se conocían personalmente todos los jesuitas.
Hoy, los 18.000 que somos en el mundo
no podemos revivir aquella experiencia.
Sin embargo, el P. Calvez lograba lo que
parece imposible. A cualquier país que
llegara, los jesuitas de allí no lo sentían
como un extranjero, sino como uno de
la casa.
El sentimiento de ser compañeros lo
viví de un modo particular en el quinto centenario del nacimiento de Ignacio
de Loyola, en 1991. La Unesco resolvió
hacerle un homenaje por lo que significó este hombre y sus compañeros para
la cultura universal. En esto nos apoyó
nuestra amiga, la embajadora argentina
Elsa Kelly. Calvez organizó el evento,
que tuvo lugar en el salón principal de la
Unesco, en París. Invitó a cuatro jesuitas de diferentes países, yo uno de ellos,
a que integraran un panel, exponiendo
cada uno durante un cuarto de hora, seguido de preguntas. El tema que elegí
fue el de las Reducciones del Paraguay.
Todos nos sentíamos seguros teniendo
al P. Calvez como coordinador.
En segundo lugar lo recuerdo al jesuita Calvez como hermano. Todos los
seres humanos somos hermanos en la
gran familia de Dios, que es nuestro Padre y nuestra Madre. Pero esa fraternidad es vivida de modos diferentes, según
las circunstancias. Los de una etnia particular se sienten hermanos por poseer
orígenes comunes, la misma lengua materna, tradiciones inmemoriales. Los de
una misma religión también. Los compañeros, de estudio o de trabajo, pueden
dejar de serlo por cambio de actividad.
La fraternidad, en cambio, es una dimensión permanente. Podemos distanciarnos, pero seremos siempre hermanos,
aunque distanciados.
Cuando se produjo la renovación
conciliar del Vaticano II, toda la Iglesia
sufrió la tensión entre dos líneas, la fidelidad a la tradición, es decir al mensaje de
Jesús, y la creatividad ante los problemas
nuevos. Calvez, con los cargos que ocupó, siendo casi el brazo derecho del superior general, el P. Arrupe, fue de los que
lograron una síntesis de ambas líneas, en
la “fidelidad creativa”. Actuaba como un
padre, que busca la verdad con su gran
inteligencia, pero parecía más una madre, que trasmite bondad, en una actitud
de paz interior. Los jesuitas estuvieron
al borde de dividirse en dos órdenes re-