Revista Foro Ecuménico Social Número 7. 2010 | Page 16
Redescubrir la diversidad
La labor que
ha emprendido este
Foro es maravillosa:
instalar a través
de la palabra
la conciencia de
lo que los seres
humanos debemos a
nuestros semejantes
desposeídos.
En estos pocos versos pareciera resumir lo que es la larga historia de la humanidad desde el alba del mundo hasta ahora. Paradójicamente esa primera
muerte que va a estigmatizar al género
humano, se origina, de acuerdo a la Biblia, por los celos que despierta en Caín
ver que el humo de las ofrendas a Dios
que hace su hermano Abel ascienden
hacia el cielo mientras que el de las suyas
no. Este es el principio de toda guerra,
ya que en Caín y Abel como hermanos
están representados todos los hombres
sin importar la raza o el país; todos somos hermanos.
Estos celos que fueron los
que desencadenaron la primera destrucción, estos poemas
de Borges que los recuerdan, demuestran lo que sigue marcando,
de algún modo, a la humanidad.
Creo que la labor que ha emprendido este Foro es maravillosa: instalar a
través de la palabra la conciencia de lo
que los seres humanos debemos a nuestros semejantes desposeídos. Hay que
despertar en cada uno de nosotros esa
conciencia de cambio, que tendría una
enorme repercusión si la prensa y la televisión pudiera ayudarnos a generar ese
cambio, no solamente mostrando la destrucción que sucede en el mundo, sino
dando también de forma preferente cabida a todas esas personas que luchan y
trabajan para mejorar la calidad de vida
de sus semejantes, a costa muchas veces
de su propia seguridad, como hace por
ejemplo ese grupo de gente maravillosa
que son los “Médicos sin fronteras”, o
maestros y profesores que en sus vacaciones parten a lugares marginados de la
enseñanza, para de algún modo intentar
acercar a esa gente desposeída la posibilidad de aprender; y aprender es posibilitar el cambio para sus propias vidas.
34• FORO
Hay que salvar a través del conocimiento
que es la única forma posible de dar realmente libertad al hombre.
Quizás lo que finalmente no debemos perder es la esperanza de que en
este mundo haya un cambio, o quizá debamos aceptar que estamos hechos de
bien y de mal, y tomar la decisión de que
debemos como seres humanos luchar
para permitir que a través de los siglos
vaya surgiendo entre nosotros algo positivo. Debemos esperar a tener una mutación espiritual de la especie, así como
según dicen hubo una mutación física de
la especie.
Por ejemplo, cuando uno lee las tragedias griegas se da cuenta que nada ha
cambiado, que repetimos a través de los
siglos el resentimiento, el deseo de posesión...
Por su inteligencia el hombre ha llegado a descubrir cosas increíbles, por
ejemplo en medicina gracias a la laparoscopia las operaciones no son cruentas como antes, en astronáutica se logró
construir estaciones espaciales y llegaremos a poder vivir en otro planeta. Todo
eso es maravilloso pero ¿qué sucede con
nuestra alma?
Parece como si en este campo no hubiera cambiado nada, como si permaneciera inamovible, desde el principio de
los siglos, la misma violencia, los mismos
celos, el odio que lleva a la destrucción.
Para Borges la mutación espiritual
de la especie se produce a través de la
creación. Hay dos poemas donde queda puesto esto de manifiesto, en “Quince monedas”, en “La Rosa Profunda”
(1975). Allí en “Macbeth” escribió:
“Nuestros actos prosiguen su camino,
Que no conoce término.
Maté a mi rey para que Shakespeare
Urdiera su tragedia.”
Y en “Eternidades” dice: