Revista Foro Ecuménico Social Número 7. 2010 | Page 138
Fundación Mempo Giardinelli
Abuelas Cuentacuentos
La Fundación que lleva el nombre de uno de los más destacados escritores ar-
Las voluntarias leen
cada semana a unos
16 mil chicos.
El programa se replicó
en más de
20 ciudades de
la Argentina y
en Latinoamérica.
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gentinos ideó el programa Abuelas Cuentacuentos, convocando a mujeres con vocación de leer cuentos a miles de niños carenciados, muchos de ellos aborígenes, de
barrios periféricos o de comunidades marginales.
Sólo en Resistencia 58 voluntarios atienden cada semana con lecturas a unos 16
mil chicos en más de 60 instituciones escolares o comunitarias. También lo hacen en
hospitales, geriátricos y en escuelas para adultos, institutos de menores y cárceles.
El programa se replicó en más de 20 ciudades del nordeste argentino y de Latinoamérica. Allí la Fundación acompaña y respalda a más de 200 voluntarios
que llegan semanalmente a más de 60 mil niños.
Convocan a personas mayores que tengan deseos de leer cuentos y relatos
oralmente. Capacitadas por personal especializado, se encuentran con niños y
niñas de escuelas del Area Gran Resistencia. Esos chicos muy raramente han
tenido la oportunidad de que alguien les provea esta experiencia de afecto y belleza fundante en la vida de toda persona.
La Fundación acompaña y respalda al Estado Nacional, que ha creado más
de 70 grupos en 62 ciudades. Este programa con el nombre de Abuelas y Abuelos
Leecuentos tiene más de 700 voluntarios que han leído para casi 200 mil niños en
un año.
La mayor parte de los beneficiarios son niños y niñas, en su mayoría pobres y
muy pobres; muchos viven en casitas donde se hacinan familias con muchos hijos.
Tienen un alto componente de indígenas, de las etnias originarias qom y wichi.
Las abuelas van a escuelas, centros comunitarios, a los 4 comedores que sostiene
la propia Fundación, a contextos de encierro como centros de menores, casas cuna
y cárceles, geriátricos, hospitales, sectores de pacientes oncológicos pediátricos, salas de maternidad, colonias de vacaciones; ocasionalmente leen en plazas, parques
y museos.
Disponen de recursos económicos muy limitados, pero no tienen grandes costos.
Todo lo pueden obtener a través de patrocinantes que aportan impresiones, espacios
de reunión e incluso transporte. La financiación la obtiene la Fundación mediante
otros programas y proyectos (especialmente del área académica) y con donaciones
provenientes en su mayoría del exterior.
La labor es destacada por los medios de comunicación, lo que lleva a que más
personas se acerquen al programa. Las autoridades celebran la existencia de este voluntariado, que fue declarado De Interés Educativo y Cultural por unanimidad por el
Poder Legislativo provincial. Las abuelas son invitadas a participar en actos públicos
en los que la lectura de un cuento cabe y aporta algo de calidad. •