Revista Foro Ecuménico Social Número 7. 2010 | Page 59
Vivienda Social
que la vivienda es uno de los derechos
humanos que consagra la Constitución,
la Declaración de los Derechos Humanos incorporada a la Constitución, el
Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
Hay documentos de la Iglesia que
Cáritas ha recogido como institución de
la misma, como por ejemplo ¿Qué has hecho por tu hermano sin techo? Es por todo
esto que Cáritas se siente obligada a intervenir en el tema, llamada por la necesidad de la gente a la cual queremos dirigirnos. Como se trata de un derecho,
la imposibilidad de acceder a la vivienda
que tiene tanta gente es una injusticia.
Si nos consideramos animadores de la
caridad y de la justicia entendemos que
es un deber asociarse a quienes operan
para que este problema encuentre soluciones concretas. Por eso hacemos viviendas con el Estado; también porque
es un camino ideal para realizar un proceso de organización comunitaria, la llave fundamental para la integración social. No tratamos de hacer casas sino de
ayudar a formar comunidades de vínculos solidarios y el plan de vivienda es
el medio ideal. Cuando se agregan hileras de ladrillos crece otra construcción
con el trabajo compartido que se caracteriza porque se fortalecen los vínculos
entre las familias participantes que dejan de sentirse aisladas para sentirse más
integradas en un nuevo barrio que nace
como fruto del esfuerzo de todos. Cuando se aprende a construir se trabajan las
relaciones humanas; se aprende a tratar
y a resolver conflictos, a reflexionar sobre la propia historia de vida personal,
familiar y social; se eleva la autoestima;
aumenta y mejora la comunicación interpersonal y grupal así como la participación; y, entre otras cosas surgió, sin
que lo esperáramos, el trabajo de la mujer en la obra.
No crear grupos dependientes
Hace varios años todas las Cáritas
se reunieron para elaborar criterios para
el trabajo con el Estado. Fundamentalmente, mantener el carácter subsidiario
de la intervención: el rol es el del Estado, Cáritas contribuye. Otro de los criterios es la necesidad de participación de
los destinatarios para no crear grupos
dependientes; también que los programas sean concretos, definidos, acordados y producto de acuerdos de políticas sociales con objetivos y metodología
claros. Todo esto, lo hemos logrado en
este caso.
Respecto a otras organizaciones de
la sociedad civil, también trabajamos
con ellas incorporadas al plan de vivienda; son organizaciones que conocemos,
sabemos lo que hacen y cómo lo hacen.
Pedimos que tengan transparencia interna a fin de poder establecer reglas claras
con ellos; que su objetivo sea privilegiar
a las personas y no a los propios intereses de la organización; y que en lo posible se establezcan relaciones coyunturales o temporales, ya que cada uno tiene
su misión y su camino y concuerda en
un momento determinado de la vida.
Respetando estos acuerdos llegamos
a concretar un convenio con el Ministerio de Planificación Federal, Inversión
Pública y Servicios en el año 2004. El
objeto expresado es proveer vivienda
digna a las familias carenciadas mediante el sistema de construcción
participativa y capacitación en obra. En la práctica cuando se desarrolla
nos encontramos con que
también se cumplen otros
objetivos: la promoción de
la familia a través de la autoconstrucción; la recuperación de la cultura del trabajo; la difusión de la experiencia
Cuando se aprende
a construir se
trabajan las relaciones
humanas;
se aprende a tratar
y a resolver conflictos.
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