Revista Foro Ecuménico Social Número 6. 2009 | Page 80

Responsabilidad Empresaria Debemos crear el mapa de los grupos de interés, que hacen que la empresa funcione adecuadamente bien, para que se sientan involucrados en el desarrollo de la empresa. 98• FORO También quiero mencionar una tesis de Schumpeter, economista austríaco que fue ministro de Economía en el año 48 del siglo pasado. Era un hombre de empresa que lanzó la teoría del directivo emprendedor, del hombre empresario, innovador. Y al final Schumpeter hablaba de la destrucción creativa. Si el mundo es una sucesión de crisis, llegado un momento tenemos dos posibilidades: seguir la rueda de la inercia haciendo lo mismo que estábamos haciendo hasta ahora, con lo cual avanzaremos poco, o a través de este mecanismo de la destrucción creadora darnos cuenta que ha llegado el momento de crear. Unas bases que están claramente obsoletas, oxidadas, ya no sirven para lo que queremos hacer. Hay que aprender a gestionar la empresa de nuevo, y eso supone que a partir de la destrucción creativa nosotros seamos capaces de innovar, preguntándonos cada día qué podemos hacer, acercándonos a la gente que depende de nosotros, ofreciéndoles nuevas oportunidades, contemplando aquello demandado para servirlos. Aquí entra el papel tremendo de las universidades y de las escuelas de negocios formando a las mejores personas con base en esos principios y en esos valores de los que hablamos. Será la única manera en la que podremos salir de esta crisis, gracias a la innovación, a la formación, pensando en lo que necesitan aquellos que dependen de nosotros, promoviendo la capacitación de aquellas personas que de alguna u otra forma tienen que tirar del carro y hacer posible que la empresa, la organización o la institución salga de esta crisis en mejores condiciones que sus competidores. Estamos en ese momento tan trascendente de la destrucción creativa. Necesitamos innovar y formar, aprender a gestionar las cosas de otra manera, de forma tal que nos permitan seguir viviendo a partir de un nuevo modelo en donde la corrupción o el amiguismo, o lo que queráis, no tengan lugar en la forma de contemplar nuestra vida empresarial. A partir de ahí propongo siempre un modelo integral de Responsabilidad Social. No hay modelos universales cuando estamos hablando de intangibles. Hay principios que nosotros debemos aplicar a cada caso concreto, a cada empresa, a cada organización. Y a partir de esos principios, que sí pueden ser universales, trazar un modelo que nos sirva para el conjunto de las organizaciones, un modelo que sea equilibrador, y que suponga ese compromiso de hacer las cosas con otros. A partir de ahí determinar cuales son los principios en los cuales yo me voy a mover, y trasladarlos a mi organización no de arriba a abajo, sino de abajo hacia arriba y de forma transversal. No estamos hablando de una imposición desde la alta dirección, sino de un compromiso voluntario que asume la organización en su conjunto. Al asumirlo la organización en su conjunto hace posible que triunfe este nuevo sistema, nuevo método de gestionar la empresa. Una vez establecido ese principio tengo que ser capaz de señalar cuál es el mapa de mis grupos de interés, los stakeholders. Hasta hace 30 años la empresa era capital y trabajo. Ahora no es solo eso, son grupos de interés que hacen que la empresa funcione adecuadamente bien. A partir de un núcleo central en donde está fundamentalmente la empresa establezco un primer círculo y me relaciono con aquellos grupos de interés que tienen un interés directo, inmediato, en las decisiones que toman las empresas. Normalmente están vinculados por