Revista Foro Ecuménico Social Número 6. 2009 | Page 68

Desarrollo y Diálogo Las empresas españolas realizan un arduo trabajo para la incorporación laboral y al mercado de consumo de los inmigrantes. cionales que favorezcan la identificación del inmigrante como “nuevo ciudadano”. La organización de cursos formativos tendientes a dotar al inmigrante de instrumentos cívico-políticos debe ser encarada responsablemente. Distintos actores sociales pueden dar su aporte. Los mass media españoles pueden contribuir eficazmente a naturalizar el rasgo de ciudadanos políticos que corresponde a los inmigrantes, tanto desde espacios periodísticos como en relatos ficcionados en los que la imagen del inmigranteciudadano se proyecte como normal. Las ONG deben ser protagonistas en este proceso. Su colaboración en campañas de sensibilización, la formación interna que brindan a sus miembros, la elaboración de material bibliográfico, la capacitación en materia de reglas cívicopolíticas, el uso de la información con la que cuentan como insumo de las políticas públicas y la incorporación en su seno de inmigrantes, evita escenarios no deseados. Las empresas españolas realizan un arduo trabajo para la incorporación laboral y al mercado de consumo de los inmigrantes. Resulta necesario un compromiso mayor en el que colaboren con otros actores sociales para favorecer la plena integración cívica de los inmigrantes. Las iglesias son actores fundamentales. El individuo que recién arriba a la sociedad de acogida y se incorpora a un culto cuenta con más herramientas para enfrentar los resortes institucionales de su nuevo escenario. La dimensión religiosa de la integración está asociada a la dimensión cívica. Las universidades y centros de investigación españoles también deben involucrarse, primero con la investigación sobre la temática. Segundo, con programas de responsabilidad social universitaria. La generación de autoestima cívico-político entre los inmigrantes puede ser el objetivo. España asiste a un momento único en su historia: tiene la oportunidad de prevenir en el tiempo acontecimientos sombríos como los que enlutaron el panorama social de diferentes países en Europa en los últimos años. Trabajar en pos de la integración cívica constituye no sólo el reconocimiento de un derecho inalienable del sujeto inmigrante sino que favorece la convivencia social. Hay que abandonar la idea de la inmigración como problema para que pase a ser entendida como oportunidad, con la implicación coordinada de distintos actores sociales que faciliten su integración cívica. La actual crisis económica, que golpeó especialmente a los colectivos inmigrantes en las sociedades desarrolladas, actualizó la necesidad de trabajar en su integración como tarea multidimensional. Miradas cortoplacistas sobre el fenómeno pueden conducir a escenarios no deseables y difícilmente reversibles.• La nota completa se puede leer en la edición digital de Foro E en http://www.foroecumenico.com/ biderbost.html. 86• FORO