Revista Foro Ecuménico Social Número 6. 2009 | Page 51
Jóvenes y Responsabilidad Social
queda anclada, sometida a las decisiones
del gobierno. En cambio, si la empresa
y el tercer sector se asocian y dejan al
margen al Estado, aumenta la deslegitimización política, con el gobierno nacional, provincial y local fuera de las decisiones relevantes. A su vez, si el tercer
sector se vincula solamente con el Estado y el mundo empresario queda afuera,
se da lugar al populismo. Y el populismo
carece de subsistencia política, porque
primero toma los recursos del Estado y
después finalmente no tiene cómo sostenerse sin tomar recursos del sector privado. Por eso, la articulación de los tres
sectores es necesaria para alcanzar la gobernabilidad.
En los últimos meses de 2008, cuando el mundo y la Argentina -de nuevo- estábamos entrando en un período
de crisis, en la Fundación Loma Negra
proyectábamos el desarrollo de los programas que íbamos a atender en 2009. Y
nos propusimos, pese a la situación, no
perder de vista el largo plazo ni dejar de
soñar con transformar la sociedad.
Redes para transformar
la sociedad
Durante nuestro primer período –20
06/2008– fuimos afianzando el rol de la
Fundación Loma Negra como elemento
transformador social en las 8 localidades
donde la compañía tiene actividad industrial y en Buenos Aires. Focalizamos
el trabajo en los jóvenes de 15 a 25 años
a través del apoyo a proyectos de organizaciones sociales. Con el fin de fortalecer
el vínculo con las comunidades, formamos comités locales con colaboradores de Loma Negra. Capacitamos a sus
miembros y a los líderes locales, identificamos en cada ciudad a los principales
operadores del sector social, y los invitamos a trabajar juntos para luego presentar proyectos de inversión social privada
–solos o en red– cuyas acciones fueran
en beneficio de la juventud.
Un total de casi 18.000 jóvenes fueron impactados directamente por los
proyectos auspiciados por la Fundación, que actuó en red y mediante alianzas con 118 instituciones del tercer sector de diferente tipo, pero siempre con
el mismo objetivo en el conjunto de las
localidades donde actúa.
En noviembre de 2008 la fundación convocó a más de 150 de sus beneficiarios, líderes juveniles, autoridades
locales y colaboradores a tres jornadas
de reflexión sobre lo vivido y aprendido durante el proceso que en ese momento estaba concluido en más del 80
%. El filósofo colombiano Bernardo
Toro dirigió los trabajos y ayudó a extraer las conclusiones que buscaron, por
un lado, evaluar lo aprendido, pero además responder a la pregunta ¿qué podemos hacer para lograr impacto realmente transformador en la sociedad para los
próximos cinco años?
Las conclusiones fueron las siguientes:
•Los proyectos aislados son
buenos, pero un programa
común por localidad es potencialmente más transformador. (Genera además redes sociales y sinergias).
•Los jóvenes beneficiados pueden quedarse pasivos, pero podemos convertirlos en protagonistas y que sean los líderes de la
transformación de su propia comunidad.
•Los comités de la FLN han sido
muy eficientes y sus voluntarios
han hecho un trabajo esforzado, pero es superador el trabajo acordado por Consejos
de Desarrollo Comunitario
(CDC) con la integración de
líderes comunitarios.
Casi 18 mil jóvenes
fueron impactados
directamente por los
proyectos auspiciados
por la Fundación,
que actuó en red
con 118 instituciones.
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