Revista Foro Ecuménico Social Número 6. 2009 | Page 42
Jóvenes y Responsabilidad Social
Considerando esa
abulia que detectábamos en los jovencitos pensamos en ayudarlos a promover el
deseo de actuar en
proyectos sociales,
sensibilizándolos con
ese objetivo.
60• FORO
sajes de desesperanza; así que es lógico
que ellos vean su futuro muy oscuro.
Nos pusimos a pensar de dónde provenía todo eso. El origen se remonta
más atrás: en los adolescentes, que pueblan las aulas de los colegios secundarios, angustiados en muchos sentidos,
por un futuro que no ven claro y teniendo que decidir a los 17 o 18 años cuál
va a ser la carrera que van a seguir cuando todavía no saben quiénes son ni qué
les gusta. Todo este sistema los obliga
a plantear de una manera contundente cuestiones categóricas para el futuro,
pero con poco sustento.
Conozco el tema por experiencia propia. He tenido
mi casa llena de adolescentes y también he comprobado el otro costado. No
sólo el sistema educativo tiene carencias sino también las hay en los hogares que tienen la suerte de disfrutar de
una formación intelectual superior. Mi
casa estaba llena de hijos de jueces, abogados, arquitectos, ingenieros, abandonados por sus propios padres, no contenidos, no escuchados.
Consideramos que tenemos que dar
un paso en relación con eso, un gesto. Si
los jovencitos sienten que no son considerados, y que no se encuentran razones para escucharlos, su autoestima
decae. Por lo tanto, promueven para sí
mismos formas de vida, estilos de funcionamiento, que los malogran, que los
lastiman, que los hacen sentir profundamente mal.
Por eso es que salimos a los colegios
secundarios, como un gesto de una Universidad que no solamente mira el futuro como la gestión de las mejores oportunidades para los egresados, cubiertos y
considerados por un sinfín de ofertas de
mejoramiento, sino que mira al futuro a
partir de aquéllos que todavía no han lle-
gado a nuestras aulas y que se están perdiendo en el camino. O que arriban con
una desesperanza adquirida que después
vuelve a ser ratificada y fomentada por
todo el sistema en que vivimos.
Determinamos generar nuestra iniciativa, aprovechando la circunstancia de
que, en el año 2003, la Secretaría de Políticas Universitarias adhiere a una intención del Ministerio de Educación de tender un puente entre la Universidad y la
Escuela Media.
El nuestro es un programa diseñado
especialmente para cada una de las escuelas que abordamos. En el primer momento, lo hicimos como una actividad
completamente voluntaria de parte de
los docentes que participamos. En la actualidad, contamos con la colaboración
de la Fundación Avina para cubrir algunos de nuestros gastos.
Metodológicamente, determinamos
ser coherentes con nuestros principios
y realizar cada vez los correspondientes
relevamientos y entrevistas, a fin de tomar contacto con el cuadro de situación
de cada colegio al que vamos.
Al principio, considerando esa abulia
que detectábamos en los jovencitos, pensamos que el foco más importante sobre
el cual tendríamos que trabajar era cómo
actuar de manera responsable y solidaria
respecto del resto de la sociedad. Es decir, ayudarlos a promover el deseo de actuar en proyectos sociales, sensibilizándolos con ese objetivo.
Cuando hicimos los diagnósticos, encontramos que era bastante difícil para
ellos poder pensar en aquello que estuviera unos pasos más allá de su propia
vida, si ni siquiera podían registrar lo que
estaba pasando con su compañero de al
lado. Y peor aún, si además estaban envueltos, como en muchos casos hemos
relevado, en situaciones de violencia y de
discriminación.