Revista Foro Ecuménico Social Número 6. 2009 | Page 28
Crisis y solidaridad
Necesitamos avanzar
hacia una nueva
generación
de políticas sociales,
de tipo inclusivas
pero pensando
enfoques integrales,
universales,
participativos y de
largo plazo.
46• FORO
de los pobres en la provincia de Buenos
Aires tiene trabajo en condiciones precarias: son gasistas, plomeros, carpinteros, pequeños emprendedores que subsisten con las herramientas que tienen a
su alcance. Ganan poco, por lo que no
logran reinvertir, lo que implica que no
pueden salir de la precariedad.
La tercera gran problemática social es la de los jóvenes que, en lugar de
ser una prioridad en nuestra sociedad,
son quienes tienen mayores probabilidades de sufrir algún tipo de carencia y
vulneración. Este sector de la población duplica cualquier indicador.
Nos encontramos en un contexto en el cual los jóvenes se
sienten seriamente excluidos
de todo. Tienen la peor opinión de la política y en general,
tienen también muy mala opinión de las instituciones. Creen
en algunos referentes de la sociedad:
en alguien vinculado a alguna institución
eclesiástica, en un docente, en un técnico del club del barrio, en algún otro joven, pero no mucho más. Se encuentran
en un proceso de desafiliación social y
creciente deterioro de las principales
instancias de contención y socialización,
como la familia y la escuela que le dan
un sentido de pertenencia y continuidad
a sus vidas.
Sin lugar a dudas, son los jóvenes los
que han sufrido con especial rigor, los
fenómenos de pobreza, indigencia, desigualdad e inserción precaria. Esto, por
la expulsión de los jóvenes de bajos recursos del sistema educativo formal, lo
que ocasionó graves dificultades en el
acceso al mercado laboral.
Creo entonces que estamos ante un
momento bisagra en la Argentina. Está
cambiando la estructura social y la estructura económica en nuestro país. Es
el momento de hacer otras cosas, de
materializar ideas en acciones. Mucho de
lo que creíamos que había que hacer no
funcionó. Entonces tenemos que guardar el libro, sacar otros, y si no los hay,
escribir los propios libros, nuestras propias ideas.
Es el momento de hacer, de construir
políticas. Es necesario que todos, desde
cada uno de nuestros lugares, accionemos con responsabilidad. Debemos diseñar programas distintos, masivos, con
impacto en la sociedad. A mí me tocó
en la provincia de Buenos Aires poner
en marcha un programa que coloca un
nuevo tema en la agenda pública: extender el salario familiar a todos los hogares
donde hay chicos menores de seis años,
y hacerlo universal. Parece un momento
propicio para asumir la responsabilidad
de equiparar derechos y oportunidades
para todos.
Necesitamos avanzar hacia una nueva
generación de políticas sociales, de tipo
inclusivas pero pensando enfoques integrales, universales, participativos y de largo plazo. Esto implica consolidar la toma
de decisiones, incorporando otras instituciones y generando espacios de concertación, que aseguren la participación
de otros actores de la sociedad como las
organizaciones de la sociedad civil, las
universidades, el sector privado. En estos
espacios se deben pensar políticas públicas orientadas a promover el desarrollo
económico y social en beneficio de los
sectores en condiciones de vulnerabilidad. Políticas que permitan la empleabilidad de los jóvenes en edad de trabajar y
mecanismos para su integración e inclusión social. Políticas orientadas a la disminución de la informalidad de la economía. Políticas de ingresos para aquellos
grupos en condiciones de pobreza estructural. Políticas y normas que faciliten el acceso al microcrédito y promuevan la capacitación y asistencia técnica.•