Revista Foro Ecuménico Social Número 6. 2009 | Page 20
Crisis y solidaridad
¿Predominarán
las minorías que
llevaron a
la devastadora crisis
mundial actual
movilizadas por lo que
Obama ha llamado
“una codicia
desenfrenada”
o primará el interés
colectivo?
38• FORO
tado por ellos, en los países pobres fue
de 1 cada 19.
¿Qué hacer?
Enfrentar estos y otros desafíos críticos requiere construir un modelo económico de nuevo cuño, centrado en la
equidad y la inclusión. Un modelo donde todas las personas puedan ser productoras y consumidoras.
Para eso será necesario fijar nuevas
reglas de juego en la economía mundial
que promuevan el desarrollo de los países más pobres, e incrementen sustancialmente la solidaridad internacional. Por otro lado, diseñar
políticas públicas nacionales
activas, transparentes, bien gerenciadas, de alta calidad, regular los mercados, desarrollar la
responsabilidad social empresarial, que puede ser un aliado
formidable de la política pública en
áreas como educación y salud, inclusión
social y otras, vigorizar la sociedad civil,
la participación del ciudadano, el control social, procurar amplias concertaciones entre Estado, empresas, y sociedad civil.
A pesar de la crisis la humanidad tiene un potencial gigantesco, y una base
científico-tecnología formidable. Sin
embargo, su organización social básica
ha demostrado ser totalmente ineficiente, y sesgada hacia unos pocos. Si se persiste en políticas que signifiquen “más
de lo mismo”, los próximos años pueden ver crecer la exclusión, la pobreza,
las inequidades, y con ellos las guerras,
la inseguridad, la xenofobia, y el racismo. Son impactantes los datos recientes sobre el rápido ascenso en Europa
de corrientes políticas de ultraderecha,
el aumento del antisemitismo, las persecuciones contra los gitanos, y la hostilidad hacia las minorías.
Los desafíos deberían ser enfrentados
con perspectivas y políticas que atiendan
a los llamados por justicia social, equidad, acceso universal a las oportunidades, derechos que ya estaban contenidos
en el pensamiento profético y que hoy se
asumen en las exigencias por democracia y economías con rostro humano.
Estas consignas son enarboladas actualmente por amplios sectores del género humano en luchas que van desde el
reclamo por democracia en las calles de
Irán hasta la demanda de vigorosas políticas de inversión en salud y educación
para todos en América Latina.
¿Predominarán las minorías que llevaron a la devastadora crisis mundial actual movilizadas por lo que Obama ha
llamado “una codicia desenfrenada” o
primará el interés colectivo?
Un gran pensador, Yeshayahu Leibowicz, Premio Israel de Ciencias, sugería en reflexión muy aplicable a la encrucijada actual:
“Uno de los más grandes historiadores ha dicho que la historia humana no
es más que una serie de crímenes, de locuras y de desastres cometidos por nuestra especie. Este historiador (Edward
Gibbon) ha dicho la verdad, pero no
toda la verdad. Es cierto que la historia
ha consistido en crímenes, locuras y desastres, pero también ha consistido en la
lucha de los pueblos para combatir esos
crímenes, esas locuras y esos desastres.
La existencia permanente de este combate, en cualquier época y en cualquier
sociedad, es el elemento que confiere su
significado moral a la historia de la especie humana”.•