Revista Foro Ecuménico Social Número 6. 2009 | Page 19
Crisis y solidaridad
terés colectivo, dejando sin regulaciones
mercados claves como los financieros, a
los operadores económicos que especularon salvajemente, a los altos ejecutivos
que llevaron a riesgos extremos sistemáticos a sus bancos, y a Fondos, para obtener los mayores ingresos personales.
Todo eso fue legitimado por una ortodoxia económica, que escinde la ética
de la economía, presentando a esta última como un mero proceso técnico. La
falta de orientación y control ético de
los mercados y de la economía, llevó a lo
que el Primer Ministro francés François
Fillon llamó “un capitalismo de casino”,
donde unos pocos jugaron con los ahorros de todos.
Volver a una economía regulada por
la ética es un desafío central para nuestro tiempo.
•Enfrentar la pobreza
Las revoluciones en ciencia y tecnología han generado instrumentos productivos inéditos, desde la biotecnología, hasta Internet. El mundo podría hoy
producir alimentos para el doble de su
población actual, y satisfacer las necesidades básicas de todos. Sin embargo,
más de 1000 millones tienen hambre,
1200 millones carecen de agua potable,
2600 millones no tienen una instalación
sanitaria, y 2000 millones no tienen electricidad.
Cada año mueren 9,6 millones de niños por causas evitables, y 500 mil madres
de los países pobres durante el embarazo o el parto. En Suecia, por ejemplo, el
riesgo de que una mujer muera durante
el embarazo o el parto es de 1 por cada
17.400, mientras que en Afganistán es de
1 por cada 8. La esperanza de vida de las
japonesas, que es de 86 años, duplica a la
que tienen las mujeres al nacer en Zambia, que es de sólo 43 años. La tasa de
mortalidad infantil es de 2 por mil nacidos vivos en Islandia, pero de más de
120 por mil nacidos vivos en Mozambique. Mientras que en Noruega muere
una madre cada 14 mil partos, en América Latina muere una cada 160. Dice
con razón el Presidente del la Comisión
de la Organización Mundial de la Salud
sobre determinantes sociales de la salud,
Michael Marmot, que “la injusticia social mata a la gente en gran escala”.
Encarar las inequidades
Las enormes brechas entre los países
y en su interior, impiden el desarrollo.
Los países pobres pierden anualmente
por el proteccionismo de los países ricos, más de 800 mil millones de dólares.
Por otra parte, aunque un país pobre
crezca, si es muy desigual los efectos del
crecimiento no llegan a la mayor parte
de la población.
El Siglo 21 debería ser el siglo en que
la humanidad, que derrotó en siglos anteriores la esclavitud, y generalizó los
derechos humanos, dé la batalla contra
las grandes inequidades.
Aunque un país pobre
crezca, si es muy
desigual los efectos
del crecimiento
no llegan a la mayor
parte de la población.
El Siglo 21 debería ser
el siglo en que
la humanidad
dé la batalla contra
las grandes
inequidades.
•Defender el medio ambiente
A pesar de la crisis, el planeta debe
encarar cuanto antes a fondo el creciente desequilibrio ecológico. Las graves
previsiones del panel premio Nobel integrado por 2000 científicos de 130
p aíses, están siendo sobrepasadas
por los hechos. El agregado de gases contaminantes a la atmósfera ha
sido en esta década mayor aun que
en los 90. Ya los
países pobres están inmersos en los
desequilibrios. En
los últimos años
mientras sólo de 1
de cada 1.500 habitantes de países
ricos fue impacFORO
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