Revista Foro Ecuménico Social Número 11. 2015 | Page 77

Responsabilidad Social y Ciudadana creación colectiva de una “sociedad de la esperanza”, basada en la ética según lo expresado por Toro. Hasta ahora los empresarios formamos y sostenemos empresas, pagamos impuestos, generamos riqueza y empleo, tareas no menores y por cierto muy meritorias. En los últimos años se avanzó con la agenda de la transparencia y a pensar, ya no solo en los accionistas, sino en todos los grupos de interés (clientes, proveedores, talentos) incluyendo la sociedad. Es decir, operamos sobre las consecuencias de los problemas con alguna forma de ayuda. La idea última de esa evolución es la responsabilidad social empresaria (RSE), que en muchas empresas de frontera pasó a integrarse a sus estrategias. Pero todo esto no es suficiente. Los empresarios y emprendedores debemos operar sobre las causas de los problemas, es decir, crear, junto al sector público y la sociedad civil, una “sociedad de la esperanza” basada en la ética. Hasta ahora los empresarios pensamos, con buenas intenciones por cierto, en sucesivas adaptaciones a un sistema con propósito difuso. Colocar el sentido ético sobre todas las cosas permitirá encontrar mayor claridad en el camino. Los empresarios tenemos mucha tarea por delante, pero deberíamos preguntarnos si todos los actores del espacio público, especialmente el Estado, generamos capacidades en las personas, como por ejemplo mayor inclusión con libertad, mayor autonomía o si las hacemos más empleables (que no es lo mismo que dar empleo). Deberíamos pensar si los impuestos actuales sirven para estos fines y definir el nivel de los mismos que permita generar capacidades y bienes públicos. Si las empresas o los trabajadores estamos motivados para desarrollar proyectos o tareas que conduzcan a una sociedad más digna. Pero no debemos olvidar que se requieren incentivos, hay que ser creativos para impulsar y diseñar incentivos de alto valor ético y moral y no confundir incentivos con subsidios. Frente a las elecciones, cambios en los gobiernos y movilizaciones en la sociedad, debemos exigir que la agenda ética esté presente en el debate público. Deberíamos reflexionar cada uno de nosotros si, con nuestras tareas , aportamos nuestro grano de arena en esa dirección. Las ideas de Bernardo Toro, Amartya Sen, Stefano Zamagni, y otros que no identifico, dan vueltas sobre las cabezas de quienes intentamos encontrar un sentido a las instituciones, la política y la empresarialidad y sus roles dentro de la sociedad del siglo XXI, definitivamente muy diferente de los que hemos vivido, pero con infinitamente más oportunidades para muchos más. • Los empresarios debemos operar sobre las causas de los problemas, es decir crear, junto al sector público y la sociedad civil, una “sociedad de la esperanza” basada en la ética. Reunión del Consejo Consultivo del Atrio en el Senado de la Argentina FORO •75