Revista Foro Ecuménico Social Número 11. 2015 | Page 57

Borges y la trascendencia Santiago De Luca Borges y el tango Profesor de la Cátedra Jorge Luis Borges de la Universidad Nacional de San Luis La repercusión del tango como fenómeno artístico, estético y cultural se produce en la obra de Borges en diferentes momentos y a lo largo de los años en ensayos, cuentos y poemas. El tango encierra algo verdadero y secreto que interpelaba a Borges. Es sabido que Borges apreciaba el tango de la Guardia Vieja, el de las primeras décadas del siglo XX, el tango milonga. Pero para ir acercándonos a este diálogo entre el tango y Borges voy a hacer referencia al texto “La inscripción de los carros” donde se recoge algunas sentencias que los carros que recorrían Buenos Aires tenían sobre sus costados, algo así como una “yapa” expresiva. Borges observa la retórica carrera que es asertiva. Así se detiene en frases como la siguiente, “que le importa a la vieja que la hija me quiera”, que tendría un tono de corralón genuino. “No tengo apuro” es otra frase que Borges vio en estos carros y que calibra como “criollo clavado”. Habría cierto desgano y pereza en esta frase que, por lentitud, nos permite poseer el tiempo y también, por inmovilismo, el espacio. Otra inscripción declarativa, El barco, que evoca paseos como si fueran navegaciones, nos podría hacer pensar en la sentencia de Sarmiento cuando dice que la Pampa es la imagen del mar en la tierra. También reporta que vio escri- to en un carro humilde “Derecho viejo”, que comenta la figura de una pareja de bailarines. Hay un tango de Arolas que se llama así, Derecho viejo. Si bien el tango está dedicado a estudiantes de derecho, también puede significar ir rectamente o ir a lo esencial de una cuestión. Y, finalmente, como la flor de las flores de los carros de Buenos Aires de este censo, cita la opaca inscripción “No llora el perdido”. Acá tenemos una forma de hablar, una retó rica, hija de las calles de Buenos Aires. Borges dice que su alusividad es la del conversador orillero que no puede ser directo narrador o razonador y que se complace con el corte. Esta forma de expresión se corresponde con ese tango prostibulario y valiente de los primeros tiempos. El corte en el baile (como en el habla) puede hacer referencia a un detenimiento, a una torsión, a un firulete, a un contoneo o a un balanceo. Esta manera de bailar tiene que ver con una manera de caminar del argentino, del porteño, que es previa al tango y que era propia de los compadritos, algunos de los cuales circulan, transformados literariamente como personajes, en la obra de Borges. • Borges apreciaba el tango de la Guardia Vieja, el de las primeras décadas del siglo XX, el tango milonga. De Luca y Oscar Conde Texto completo en atriodelosgentiles.com.ar FORO •55