Revista Foro Ecuménico Social Número 10. 2013 | Page 90
Responsabilidad Social
E el Premio al
Emprendedor Solidario,
por el que han pasado
más de mil empresas y
ONG en 11 años,
todo es válido y útil,
pero es una porción
pequeña de empresas
que hacen algo.
da ancha, hay un deber de estado que
yo tengo que responder, que debo a al
sociedad que me permite a mi actuar.
Es difícil medir, aunque existen algunas mediciones, pero el deber de estado debe cumplirse y tener una contribución en programas concretos con la
sociedad.
En el Foro Ecuménico Social tenemos el Premio al Emprendedor Solidario, por el que han pasado más de
mil empresas y ONG en 11 años, y lo
que ahí se puede ver, todo es válido y
todo es útil, pero es una porción
pequeña de empresas que hacen
algo; la mayoría son iniciativas
muy tímidas. En el banco BBVA
Francés hicimos una investigación
con respecto a cuantos programas de
becas para estudiantes primarios y secundarios hay en la Argentina. Entre estudiantes primarios y secundarios hay 7
millones de alumnos. A groso modo, de
ellos podemos asumir que hasta el 30%
puede transitar una situación de vulnerabilidad. Esto quiere decir que están en
condiciones de abandonar sus estudios
por la situación social en la que viven
con sus familias. Estamos hablando de
más de 2 millones de alumnos en situación de vulnerabilidad. Cuando relevamos el programa de becas, se detectaron solo 13 programas con envergadura
en todo el país generados por el sector
privado, empresas y ONG. El conjunto
de becas que otorgaron esos programas
son 13 mil. O sea que ante una situación de 2 millones de alumnos en situación de vulnerabilidad, solo se lograron
13 mil becas.
Hay una experiencia interesante y
cito solo un ejemplo. Nosotros tenemos
un programa de becas con 1315 alumnos en 11 provincias, con una red de 23
ONG, que tiene 2 relevamientos al año.
Hay un punto que siempre llama la atención: cuando se le pregunta al alumno
cómo se siente con el programa de becas, él dice que es feliz, porque puede
ayudar en la casa, que se siente útil, que
ahora él puede comprar lo que quiere, y
sobre todo que está alegre.
Cuando le brindamos al ciudadano,
a un menor, un horizonte, y le decimos
“vos sos importante, vas a tener un tutor, te vemos a ayudar, tenemos a alguien
que piensa en vos, alguien que te acompaña con una mano que te va llevando
para que no te caigas”, el alumno cambia el sentir y se siente alegre. A un chico triste no se le pude pedir que estudie y que sueñe con un futuro lindo, y
que sueñe con su felicidad. A un joven
alegre y con esperanza, se le permite soñar y se le permite construir una sociedad distinta.
En este debate se habló de maximizar el beneficio de la empresa, maximizar la ganancia yo quisiera que trabajemos en el Foro en maximizar la gestión
de acuerdos. Tenemos que asumir esto,
maximizar las oportunidades de encuentro, de diálogo. La gente habla, y
el hablar es la instancia más pobre de la
comunicación; después el otro no me escucha. Conversar es intercambiar. El diálogo es aceptar que el otro me transforma, hasta llegar a una instancia gestual;
cuando uno con la esposa vive muchos
años, con un gesto ya sabe que va bien.
Debemos poner en valor estas capacidades de encuentro, de diálogo, de entendimiento, y ver cómo se lleva esto al plano
institucional.•
Síntesis de la presentación en la segunda sesión de la Cátedra Abierta de Responsabilidad Social y Ciudadana 2013, el 22 de mayo en la Facultad de Economía de la Universidad de Bologna, Italia, en la que
expuso Stefano Zamagni, sobre “Responsabilidad social y ciudadana de empresas y ONG”.
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