Revista Foro Ecuménico Social Número 10. 2013 | Page 27

Diálogo Intercultural Agradezco a todas esas personas desaforadas por haberme hecho comprender algo sobre mi misma, agradezco haberme puesto en una situación límite, porque solo así uno puede bucear dentro de sí mismo, y me dí cuenta que a pesar de todos los escándalos y las invenciones de cierta parte del periodismo, había dentro de mi un centro de equilibrio, de sere­nidad que no podía moverlo nada ni nadie. Lo que más placer me dio fue descubrir que ese centro estaba hecho de amor, porque cuando todo esto estalló, yo me hice esta composición de lugar: y eso a raíz de las enseñanzas católicas de mi abuela, pensé que todo ese universo de seres que armaban toda esa historia, y que siguen armándola actualmente, eran como seres infernales en un mundo infernal. Entonces Borges y yo habíamos compartido desde mi infancia un largo camino juntos, entonces él había partido de mi lado sintiendo mi alma, lo que es un tipo de vibración especial que hace que dos seres se entiendan, se amen y se respeten. El había partido con eso de mí. Si esta gente lograba cambiarme, arrastrarme al escándalo, si me llenaba de rencor, ellos iban a ganar. Por que si Borges estaba en alguna parte del universo, como el polvo de las estrellas, o como… no se, como luz, como energía, todo eso se iba a cortar, porque yo iba a ser otra, y todo mi interior iba a sentir y vibrar de una manera diferente. Entonces yo pensé que lo único que yo debía hacer para continuar esa unión, era dejarlos de lado, y como las pruebas –como yo lo digo siempre– de los leales amadores en las novelas de caballería, era bajar la visera del yelmo, y seguir adelante. No quiero decir con esto que no sufra; es que es otra historia. Pero lo importante es haber sentido y haber descu­bierto, y haber tenido pruebas para darme cuenta que dentro de mi no existe hacia ellos odio, ni resentimiento, y eso lo logra solo el amor, que como Dante dijo en el último verso de la Divina Comedia: “El amor que mueve el Sol y las estrellas…” y creo que es cierto, que si lo damos bien una vez en la vida, o lo recibimos bien una vez en la vida, nos salva para siempre. • Por mis creencias, no hay después. Borges sigue conmigo de algún modo, y lo siento. No hay después para mi, porque está. Es como una continuidad de otro signo, de otro modo. FORO •45