Revista Foro Ecuménico Social Número 10. 2013 | Page 140
Premio Latinoamericano a la Responsabilidad de Empresas y ONG
Considerar una
planificación en
la gestión de la RSE
y medir el impacto en
función de indicadores,
permite a las
empresas anticiparse
a los cambios que
demanda la sociedad,
convirtiéndolo en una
ventaja competitiva y
generando un valor
agregado tanto para la
organización como
para todos los grupos
de interés.
unos principios y valores determinantes
para formar la cultura y la reputación de
la empresa. A lo largo del trabajo se ha
puesto de manifiesto que la base fundamental de la RSE es la propia ética, puesto que constituye uno de los pilares del
concepto, tal y como muestra la pirámide
de Carroll (1979).
La ética queda patente a través de la relación que mantienen las empresas con sus
grupos de interés. Por ello, es fundamental
la fase de identificación de los mismos, tanto en cuanto condicionan la toma de decisiones de la empresa. El objetivo de la empresa será la satisfacción de las demandas
y necesidades y distribuir la creación de
valor de la empresa entre todos ellos.
El modelo propuesto por Adams
(2006), y adaptado por Bañon et al.,
(2011) basado en la sostenibilidad
ética pone de manifiesto que la ética se incluye en las tres dimensiones de
la RSE. Para ello, se han utilizado herramientas como la disposición del código
ético, la elaboración de informes de RSE,
la disposición de plataformas de diálogo
con los grupos de interés, y la información
obtenida mediante las múltiples fuentes
de información consultadas, para evidenciar la base ética de sus políticas de RSE.
En cuanto al estudio de casos de las
empresas de la muestra (NH Hoteles, Telefónica, Santander, BBVA, MAPFRE y
Endesa), se comprueba que tanto la sociedad como los empleados son un componente importante a la hora de tomar
decisiones en estas empresas. Desde la
perspectiva de los empleados el patrón
de comportamiento pone de manifiesto
que en variables muy concretas sí se confirma el patrón. La contribución que hacen las empresas a la sociedad es notable.
Cabe decir que la inversión en acción social y el establecimiento de programas de
voluntariado corporativo se confirma por
unanimidad. Sin embargo, no existe unanimidad respecto a la cont