Revista Foro Ecuménico Social Número 10. 2013 | Page 133

Premio Latinoamericano a la Responsabilidad de Empresas y ONG Sandra Escamilla Solano, Alicia Blanco González y Camilo Prado Román La ética a través de la Responsabilidad Social Empresarial Profesores de la Universidad Rey Juan Carlos En las últimas décadas estamos pre- senciando el cambio vertiginoso que ha sufrido la sociedad en cuanto a sus conductas, su nivel cultural y su preocupación por las futuras generaciones. El mismo se debe principalmente a la inclusión en nuestras vidas de las nuevas tecnologías y del efecto de la globalización. No cabe duda que la introducción dentro del entramado empr esarial de conceptos como la ética, la responsabilidad social empresarial (en adelante RSE), la proactividad medioambiental y la preocupación por los más desfavorecidos, implica que las empresas deben interrelacionarse con su entorno y operar como entes sociales. Estos conceptos transforman los objetivos de las empresas, pasando de la maximización del beneficio a la maximización de valor de la empresa. Todo ello contemplando e incluyendo a los grupos de interés con los que se relaciona. Ahora la creación de valor de la empresa se distribuye entre todos los grupos de interés con los que ésta se relaciona. La concepción moderna de la empresa complementa los valores tradicionales con los exigidos por los grupos de interés, es decir, valores encaminados a la sustentabilidad y responsabilidad de la empresa (Olcese, et al, 2008). De forma que, no sólo se tendrá que maximizar el beneficio, sino que habrá que hacerlo de manera sostenible. Determinar el momento exacto en el cual la sociedad y las empresas empiezan a preocuparse por la responsabilidad, es decir por la RSE, supone remontarnos a la obra de Adam Smith “La riqueza de las naciones” de 1776. Es el primer economista en identificar que la vinculación entre el capital y el trabajo en el mundo empresarial supone generar riqueza y maximizar los beneficios. Si bien es verdad que la Teoría de Adam Smith se asienta en la perspectiva del cuidado del accionista (maximizar el valor de los mismos), afirma que los desequilibrios sociales pueden desaparecer realizando una asignación adecuada de recursos. A lo largo del siglo XX se debate en profundidad sobre cuál es el rol de la empresa y de la sociedad, respecto a la posibilidad de priorizar el valor social sobre el económico o compatibilizar ambos. El rol de las empresas-sociedad debe estar en consonancia con el modelo económico elegido, considerando a la empresa como un ente social que está en contacto con su entorno, y su determinación en el crecimiento económico y social de la propia sociedad (Merigot, 1992; Navarro, 2008). La introducción dentro del entramado empresarial de conceptos como la ética, la responsabilidad social, la proactividad medioambiental y la preocupación por los más desfavorecidos, implica que las empresas deben interrelacionarse con su entorno y operar como entes sociales. FORO •151