Revista Foro Ecuménico Social Número 10. 2013 | Page 13
Diálogo Intercultural
me) hablé de la búsqueda de Dios como
motivo fundamental por el cual nació el
monacato occidental y, con él, la cultura occidental. Como primer paso de la
evangelización debemos procurar mantener viva esta búsqueda; debemos preocuparnos de que el hombre no descarte la cuestión sobre Dios como una
cuestión esencial de su existencia… Me
vienen al pensamiento las palabras del
profeta Isaías citadas por Jesús: que el
templo tendría que ser una casa de oración para todos los pueblos. Él pensaba
en el denominado atrio de los gentiles,
que dejó libre de negocios ajenos para
que el lugar quedara disponible para los
gentiles que querían orar allí al único
Dios, aunque no podían participar en el
misterio al servicio del cual estaba dedicado el interior del templo. Lugar de
oración para todos los pueblos: de este
modo se pensaba en personas que conocen a Dios, por decirlo de alguna manera, sólo de lejos; que no están satisfechas
con sus dioses, ritos y mitos; que anhelan el Puro, el Grande, aunque Dios sea
para ellas un ‘Dios desconocido’. Creo
que también hoy la Iglesia debería abrir
una especie de atrio de los gentiles donde los hombres puedan entrar en contacto de alguna manera con Dios sin conocerlo y antes que hayan encontrado el
acceso a su misterio, al servicio del cual
está la Iglesia”.
Tiempo después, con ocasión de celebrarse el atrio de los gentiles en Barcelona, su arzobispo, el cardenal Lluis
Martínez Sistach, lo definía como un
instrumento muy adecuado para el diálogo con los no creyentes, un puente de
apertura y de encuentro entre todos los
que aceptan el diálogo y pueden llegar
a ser miembros efectivos de este grupo
de búsqueda. Y porque, como señalaba
el teólogo argentino Fernando Ortega:
“ese diálogo con el mundo es una de las
dimensiones esenciales de la nueva evangelización”.
Pero ¿por qué tanto el cardenal Ravasi como el mismo papa Francisco pensaron en la figura de Borges como un eje
del Atrio de los Gentiles a celebrarse en
la Argentina? Porque además de admirar
ambos su extraordinaria obra literaria y
de reflexión, encuentran en la prosa y en
la poesía del gran escritor rioplatense un
privilegiado espacio de diálogo y de posible encuentro entre quienes son creyentes y quienes son agnósticos.
Borges, que se consideraba agnóstico (o sea, sin respuestas definitivas ante
la pregunta sobre Dios), conocía m uy
bien y se sentía seducido por la Biblia,
que leyó desde chico gracias a su abuela inglesa y protestante, que la sabía casi
de memoria. Respetaba con emoción,
sin comprender demasiado, las razones
de la fe católica de su madre. Amaba la
sabiduría judía, se sentía atraído por las
tradiciones musulmanas, incluso le dedicó un ensayo al budismo.
Por otra parte, Borges es un representante universalmente reconocido de
nuestro país y sus mejores hábitos, a los
que supo sumar la infrecuente vocación
de una gran apertura a todas las culturas,
incluso las más lejanas a nosotros. Se lo
podría definir con justicia como un
verdadero humanista de amplios
conocimientos y agudas intuiciones. Un poeta que encontraba en Virgilio y en Dante
Alighieri perennes motivos de sorpresa y felicidad.
El Foro Ecuménico Social, que preside el P.
Francesco Ballarini, y la Fundación
Internacional Jorge Luis Borges, que
preside María Kodama, fueron invitados por el Cardenal Ravasi y por el Papa
Francisco para que le dieran vida, junto
¿Por qué el Cardenal
Ravasi y el Papa
Francisco pensaron en
Borges como un eje
del Atrio de los
Gentiles? Porque
además de admirar su
extraordinaria obra
literaria y de reflexión,
encuentran en
la prosa y en la poesía
del gran escritor
un privilegiado espacio
de diálogo y encuentro
entre creyentes y
agnósticos.
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