Revista Foro Ecuménico Social Número 10. 2013 | Page 112
Inserción laboral de jóvenes
Además de estas
medidas prácticas,
es necesario repensar
el lugar que el trabajo
juega en el devenir
de nuestra vida.
Demasiado se
considera el trabajo
como un simple
medio de vida,
un mal necesario.
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dad social, que ofrecen becas, lugares
de aprendizaje, cursos de capacitación o
gestionan la mediación entre las casas de
estudio y los oferentes de trabajo. Una
de las tareas que se ha impuesto nuestro
foro es sensibilizar a empresas y ganarlas para estas acciones tendientes a facilitar el empleo a gente joven. Pero como
bien sabemos, todos estos ponderables
esfuerzos todavía están lejos de paliar el
enorme déficit que al respecto sufre de
momento nuestro país.
Pero creo que además de estas medidas prácticas, es necesario repensar el lugar que el trabajo juega en el devenir de
nuestra vida. Demasiado se considera
el trabajo como un simple medio de
vida, un mal necesario que debemos cumplir para poder sobrevivir o eventualmente obtener los medios que nos permitan
gozar de cierto consumo.
Desde la ética cristiana evangélica me debo referir a las Escrituras.
Allí encuentro que el trabajo es un
mandato divino, que me convoca a
administrar la creación de Dios. Porque aunque yo mismo formo parte
de esa creación, gozo de la suficiente autonomía como para efectuar este servicio, este ministerio con responsabilidad.
La autonomía es tal que puedo ser colaborador de Dios en el sentido de que
mi trabajo puede ayudar a la transformación y adecuación de la creación a las
necesidades humanas. El trabajo es así
un servicio a la creación, pero como formo parte de ella, es también un servicio
a mi mismo. Es decir, debo trabajar para
vivir, pero el trabajo es así un servicio a
la vida, Esto es calificado como una bendición, no como una maldición como lo
consideraban los antiguos griegos. Así
para el Antiguo Testamento el trabajo es
algo inherente a la condición humana y
lo da como una realidad sobreentendi-
da, que no es considerada especialmente.
Curiosamente sí se ocupa con insistencia
de la restricción al trabajo, de la guarda
del día de descanso. Parece casi obsesivo
el tratamiento de ese punto en el Antiguo Testamento, pero me pregunto si no
tiene en el día de hoy nuevamente una
importante vigencia ante modernas tendencias del mundo comercial y las esclavit VFW2VR;