Revista Foro Ecuménico Social Número 10. 2013 | Page 101

Responsabilidad Social ciales y medioambientales, así como los principales asuntos que forman parte de las agendas públicas resulta básico para mantener o desarrollar un proyecto empresarial. Si, además incorporamos el concepto de “generar valor mutuo”(empresa - entorno - stakeholders) entonces hablamos de gestión socialmente responsable de la empresa. Las empresas tienen capacidad suficiente para generar riqueza, además de obtener resultados, y yo estoy convencida de que la mayoría de ellas lo hacen – por lo menos, la empresa en la que yo desarrollo mi actividad profesional, lo lleva haciendo desde hace mas de 80 años, y forma parte de su ADN. Sin embargo, todavía tenemos que escuchar que la empresa es ese gran “depredador” que solo busca obtener beneficios y repartirlos entre sus propietarios o accionistas. En esta línea contribuir al desarr ollo económico y social del entorno en el que nos movemos y generar valor, impactan de forma muy positiva en la construcción de la legitimidad social, lo que contribuye al beneficio empresarial. Llevo siete años dedicándome a la responsabilidad social corporativa. Durante estos años he reflexionado y he madurado con ella. He pasado por varias etapas, desde la aproximación al concepto de RSC, pasando por la superación de su crisis de identidad (diferentes denominaciones que aun hoy conviven como RSC, RS, RE, sostenibilidad, etc. y diferentes ubicaciones dentro de la organización), a su reducción casi limitada a la acción social pura, y por fin, al equilibrio actual de valorar el impacto que genera la actividad de la empresa en su conjunto y en la sociedad, y la necesidad de tener relaciones maduras con los grupos de interés (o stakeholders). Creo que esta es la etapa más apasionante, retadora y real de la responsabilidad social. Al igual que creo que es el momento de diferenciar la gestión socialmente responsable de la empresa, y que compete a toda la organización, de la función de quienes nos dedicamos a impulsar y promover la Responsabilidad Social Corporativa. Esta función tiene entidad propia y peso suficiente como cualquier otra área transversal de la compañía (recursos humanos, administración, marketing, etc.) Somos pequeños observatorios que analizan el comportamiento de la organización en su entorno y en la relación con sus grupos de interés y, a la vez, analizamos cómo los grandes cambios sociales, económicos y políticos, impactan en la organización y realizamos recomendaciones. Creo que este es el gran valor que aporta un departamento, área o persona que se dedica a la responsabilidad social en la empresa. Tenemos otra mirada. Contribuir al desarrollo económico y social del entorno en el que nos movemos y generar valor, impactan de forma muy positiva en la construcción de la legitimidad social, lo que contribuye al beneficio empresarial. La gestión adecuada de los riesgos que impactan en la reputación de la empresa La empresa tiene que asumir el impacto que su actividad genera, tanto positivo en el desarrollo económico y social del entorno y de la propia compañía, como el negativo que suele estar asociado con la pérdida de reputación y de legitimidad social, es decir, con un daño a la propia marca. En este sentido, el riesgo reputacional se podría resumir en “todo aquello que acaba haciendo daño, de una u otra manera, a la marca”, bien porque se han defraudado las expectativas de los grupos de interés que esperaban algo FORO •119