Revista Farol Noviembre 2013 | Page 11

Revista Farol De Arte y Literatura Vamos a jugar Gerardo Licón Durante las noches de primavera, el viento trae consigo unos murmullos finos que bailan por los caminos y se esconden detrás de las casas. La vocecita corre por los pastizales y se esconde detrás de los árboles, invitándote a seguirla, con un suspiro suave que te dice “vamos a jugar”, bailotea entre los charcos y se moja los pies en el río, chapotea poco y después mucho mientras se carcajea, parece muy feliz aunque siempre está solo...digo solo porque la voz es de un niño como de nueve o diez años, pero no más grande que yo. Una vez lo escuché brincar por los techos con su risita suave, entonces se asomó por la ventana y me dijo: “vente, vamos a jugar, estoy aburrido.” Entonces me levanté de mi cama y salí por la ventana, así, despacito para que mi mamá no me escuchara. Corrimos por la carretera y subimos a los árboles, pero él era más rápido que yo y lo perdí de vista, entonces caminé sin rumbo hasta llegar al panteón del pueblo y lo volví a escuchar. –¡Ven!, te voy a enseñar donde duermo. –Espérame, es que corres muy rápido. —¡Ándale, que ahí viene el sol y todo es muy aburrido cuando amanece! —Y lo seguí. Estaba parado sobre la tumba de mi hermanito. La tumba que no visitamos desde el día que se durmió y lo dejamos aquí. —¡Vamos a jugar! —¿No tienes otros amigos o qué? —No, los que viven aquí son todos viejos y aburridos porque siempre quieren estar dormidos. Nadie quiere jugar conmigo nunca. —Ah bueno, yo jugaré contigo. —Entonces escóndete y yo te busco. Pero apúrate porque si llega 9