VADO DE MEOQUI
el gran nido de las aves migratorias
RAYITO BENCOMO CALDERÓN
FERNANDO MONDACA FERNÁNDEZ
Universidad Autónoma de Chihuahua
En el vado de Meoqui abundan aves migratorias que llegan a pasar el invierno, como las que aquí vemos que arribaron a fi nales del 2015: el
pelícano blanco que llega a fi nales de noviembre y se va a mediados de febrero, y la garza blanca que se empieza a observar desde septiembre
y permanece por periodos más prolongados
E
n el estado de Chihuahua, en medio
de las montañas de la Sierra Madre
Occidental nace el río San Pedro que
ser penteante, va recorriendo varias loca-
lidades has ta unirse con el río Conchos en
el municipio de Meoqui.
En el municipio de Rosales, la presa
Francisco I. Madero regula su afl uente pa-
ra ser utilizado en las actividades agríco-
las de la región, y desde este punto hasta
su desembocadura en el río Conchos, los
agricultores han hecho varias represas
para regar los cultivos aledaños, a de más
de extensas nogaleras.
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Las diferentes Unidades de Riego crean
unos hermosos espejos de agua que de ma-
nera fortuita convirtieron este lugar en un hu-
medal natural-artifi cial (humedal ribereño)
que han elegido como su casa miles de aves
de diferentes especies durante todas las
épocas del año.
Un humedal lleno de vida
Por esta razón el día 2 de febrero del 2012,
en el marco del festejo del “Día de los Hume-
dales”, el río San Pedro desde Rosales hasta
la junta de los ríos San Pedro y Conchos, in-
cluyendo el vado de Meoqui, fue declarado