Pequeños pasos de encuentro
En este ciclo lectivo quisimos dar un pequeño, pero relevante paso con el equipo de Pastoral. Luego de muchos años, pudimos concretar un sueño. Todos los cursos de nuestro nivel secundario tuvieron su convivencia.
Este proyecto se ve enmarcado en un camino pastoral que queremos comenzar, apuntando a uno de los problemas que creemos más urgentes en nuestros alumnos: la falta de empatía. Notamos que a nuestros jóvenes les cuesta relacionarse y comprometerse activamente con los que no sus más allegados.
Por eso mismo, las convivencias se fueron desarrollando con temáticas que fomentan el encuentro de los jóvenes con sí mismos, con sus pares, con los docentes y con Dios. La clave del Itinerario de convivencias fue encontrarse. Desde una reflexión, una oración, un juego o un mate compartido.
Nuestros primeros años( 1 º a 3 º) tuvieron su convivencia por curso, mientras que en los más grandes ya fuimos buscando encontrarnos entre cursos, fomentando un espíritu de unión que traspase el aula y genere un clima fraterno en nuestro nivel.
No nos queda más que quedar admirados por los resultados de las convivencias: por el compromiso de docentes de diferentes departamentos que se sumaron con toda su experiencia y ganas de compartir; por el apoyo de las familias que confían en el equipo de Pastoral; por las ganas de los alumnos, que fueron sin saber con qué iban a encontrarse, y volvieron, en sus palabras, renovados, con ganas de caminar de una manera diferente y muchas por pensar y sentir.
Queremos un equipo de Pastoral que trascienda el departamento de I. C. P. e incluya a todos los actores de la institución. Que realmente busque un cambio de ver la realidad en los alumnos, que logre sacar a muchos de la apatía, que se ponga siempre del lado del más débil, y que se comprometa con la realidad del alumno y tenga siempre una clara opción por ellos. Una Pastoral que hable de la vida, con fundamentos, desde la realidad concreta, mediante la reflexión, para que se sienta que realmente en la institución hay vida, en cada uno de nosotros.
Quien más que el mismo Jesús, una persona de palabras certeras, para cerrar, que nos dice cuál es su misión, y qué debemos transmitir en estos tiempos:
“ El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Pero yo he venido para que las ovejas tengan Vida, y la tengan en abundancia.”( Jn 10,10)
Gracias, y aún queda mucho. Hay que seguir andando, nomás.
Equipo de Pastoral