Revista EntreClases Febrero 2018 | Page 71

Este postre/dulce es de origen humilde y su origen se remonta lejos en el tiempo. La primera referencia conocida a un producto parecido está en la obra de Apicio. Él compiló una colección de recetas latinas que data de los siglos IV o V. El recetario menciona que la rebanada de pan debe sumergirse en leche, sin mencionar el huevo, y no le da un nombre especial. Se limita a llamarla aliter dulcia (otro plato dulce).

Su consumo es típico de la Cuaresma y Semana Santa. El pan migado en leche y endulzado fue conocido ampliamente en la Europa medieval bajo los nombres de suppe dorate, soupys yn dorye, totées dorées o pain perdu en Francia. Este pan jugoso era servido a menudo con aves de caza y otras carnes.

En España, la torrija o torreja aparece ya documentada en el siglo XV, citada por Juan del Encina: “...miel y muchos huevos para hacer torrejas”, al parecer como plato indicado para la recuperación de parturientas. Las primeras recetas se remontan al Libro de Cozina de Domingo Hernández de Maceras (1607) y Arte de cozina, pastelería, vizcochería y conservería de Francisco Martínez Motiño (1611). La torrija era a comienzos de siglo XX muy habitual en las tabernas de Madrid y se servía con vasos de vino (chatos).

Su asociación a la Cuaresma se debe tal vez a la necesidad de aprovechamiento del pan sobrante, que, durante el tiempo en que no se podía comer carne, era por ello menos consumido, aunque las familias elaboraban la misma cantidad.

HISTORIA DE LA TORRIJA