Mediante un conocimiento exhaustivo de la significación de dichos números estaremos en
condiciones de comprender la ordenada progresión de todos los ciclos de la vida.
Para quienes estén interesados en aprender el misterioso lenguaje de los números, vamos
a dar el curso por este medio, presentando una clase en cada edición. Comenzaremos con la carta numerológica y luego el Triángulo Divino de Pitágoras.
Con la carta numerológica conoceremos nuestros números personales: el Números de la
Lección de la Vida (lo que venimos a manifestar en esta vida – nuestros aprendizajes), el Número
del Alma (lo que ya sabemos de vidas anteriores y nos servirá como herramienta en esta vida), el
Número de Personalidad Externa (cómo nos ven los demás y, por consiguiente, cómo actuamos),
el Número de la Vía del Destino (la misión), el Número de la Fuerza (una fuerza oculta que, generalmente, se manifiesta después de los 40 años) y otros números más, como por ejemplo: año
personal, compatibilidad con otras personas, la vocación, etc.
Con el Triángulo Divino de Pitágoras aprenderemos, año a año, las vibraciones correspondientes.
Las vibraciones son como la marea a la cual hay que acompañar en nuestro movimiento
para que nos lleve. Por ejemplo: si la vibración nos dice que es un año para finalizar cosas, no debemos comenzar cosas (negocios, estudios, etc.), debemos terminar lo que tengamos a medias
para luego, al año siguiente, comenzar con lo nuevo. También nos puede decir que es un período
para dedicarle a la familia, etc. Nos hablará de años más favorables o menos favorables; de oportunidades y escollos.
Por supuesto, podemos hacer lo que queramos, pero si seguimos la vibración, nos irá mejor
porque no estaremos remando contra la corriente.
Siempre hay más de una vibración por año,