El Padre Pío es uno de los más grandes místicos de nuestro
tiempo, amado en todo el mundo. Nos enseñó a vivir un amor radical al corazón de Jesús y a su Iglesia. Su vida era oración, sacrificio y
pobreza. Alcanzó una profunda unión con Dios. Tenía también un
gran amor por los niños. Cuando se le pedía la intercesión por el nacimiento de algún bebé que viniese con problemas, o por algún niño
que estuviese enfermo, intercedía hasta conseguir la gracia.
Famoso confesor.
El Padre Pío pasaba hasta 16 horas diarias
en el confesionario. Algunos debían esperar
dos semanas para lograr confesarse con él, porque el Señor les hacía ver por medio de este
sencillo sacerdote la verdad del evangelio. Su
vida se centraba en torno a la Eucaristía. Sus
misas conmovían a los fieles por su profunda
devoción. Poseía una ferviente devoción por la
Virgen María.
Dones extraordinarios:
Discernimiento extraordinario: la capacidad de leer los corazones y las conciencias. Profecía: pudo anunciar eventos del futuro. Curación: curas milagrosas por el poder de la oración. Bilocación: estar en dos lugares al mismo tiempo. Perfume: la sangre de sus estigmas tenía fragancia
de flores. Llegaban a verle multitud de peregrinos y además recibía muchas cartas pidiendo oración y consejo.
El Padre Pío oficiando misa.
Su última misa.
Revista Elevación
"Digámonos con el pleno convencimiento de que nos decimos la verdad:
alma mía, comienza hoy a hacer el bien, que hasta ahora no has hecho nada."
Padre Pio.
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