Revista Educativa revista 1[15306] | Page 11

Trágame Tierra Karina, 14 años. Álvaro, 23 años. Estábamos un grupo de compañeras en clases de ciencias y el profesor estaba explicando una materia en la pizarra, mi grupo de compañeras estábamos hablando de una muchacha que nos caía mal, obviamente no estábamos prestando atención al profe, cuando de pronto él me pregunta, ¿Karina, esto está bien?, yo del susto le respondí. ¡Sí papi! Y fue cuando el grupo estalló de risa, no sabía dónde meterme. Estaba en mi trabajo en el colegio Nocturno de Pocora, en la época de febrero, con todo lo de la matricula inicial, en eso, salgo afuera de la dirección y me siento en una silla a descansar, cuando a la par se acerca una señora de unos 30-35 años, y empieza a hablarme, que va a empezar sétimo, entonces le pregunto que si anda todos los requisitos, a lo que me dice que sí, entonces me pregunta: ¿Qué nivel vas a matricular? A lo que respondo, ¡No!, yo soy profesor, la pobre señora, no paraba de disculparse y decirme que vergüenza, yo tan vieja y empiezo a estudiar y tu tan joven y puedes ser mi profesor. Tatiana, 16 años Venia llegando al colegio a eso de las 6:50 de la mañana, como todos los días la mayoría de los compañeros del cole se quedan en el pasadizo, por el gimnasio, cuando entro y paso la reja del desagüe, un zapato se me resbalo por un costado, y ¡pum! Caí, se me rompió el pantalón a la altura de la rodilla, y el otro zapato se me zafó y me quedé en medias, obviamente los silbidos de todos no faltaron hacia mí. Steven, 17 años. Estoy sentado, junto a una amiga de mi novia en uno de los corredores hablando tranquilamente, a la par tengo un basurero, y todo normal, cuando me hago levantar por no apoyarme en la muchacha, me apoyo en el basurero, y me lo traigo abajo, quedé todo lleno de basura y a la muchacha le cayó en el cabello una servilleta (creo yo de una empanada), ese día no le pude hablar a ella después de eso.